LA REVOLUCIÓN FRANCESA
INTRODUCCIÓN
La Revolución Francesa ha sido
considerada, tradicionalmente, como la más importante e incluso el modelo
impulsor de las restantes revoluciones que impusieron el régimen político
liberal, rompiendo con las estructuras económicas, sociales y políticas del
Antiguo Régimen. No fue la primera revolución de signo liberal, pero se produjo
en el estado más poblado (después de Rusia) y una de las principales potencias
de Europa; fue la que dio un esquema más radicalizado y más amplia
participación de masas y, finalmente, fue la que tuvo mayores pretensiones de
expansión.
La Revolución Francesa es en primera instancia una
revolución burguesa. Burguesa en tanto que es la clase de vanguardia de la
revolución. Los principios rectores de la misma que nacieron con la filosofía
de las luces nunca traspasaron, aún en los sectores más radicalizados (los
sans-culottes) la base del nuevo sistema, la propiedad privada.
Fue burguesa no sólo en el consenso logrado ideológicamente sino también en los
límites que impuso al movimiento de masa (pe. el 14 de junio de 1791 con la ley
Le Chapelier contra las asociaciones o en la actitud jacobina ante la
democracia popular)
Negar esto es erróneo o implica una intención de
deformar la historia. De nada sirve a la comprensión histórica, el diluir el
sentido de clase de una revolución al plantear que los dirigentes de la misma
no eran burgueses en el sentido estricto de la palabra (es decir dueños de los
medios de producción) sino intelectuales(dato correcto desde el punto de vista
cuantitativo no cualitativo), por que esta postura olvida que cada clase social que busca el dominio de una sociedad tiene que
generar a su interna (o ganar a la externa) los intelectuales necesarios para
ganar el consenso social, el consenso en tanto clase para sí.
La historiografía de la Revolución Francesa refleja
la lucha de clases en el plano ideológico. Comprender la revolución es hacerlo
consciente o inconscientemente desde una postura de clase.
Francia durante el siglo XVIII es, la primera
potencia. Al empezar el siglo tiene una población de 18.000.000 hab. y un
ejército de 400.000 hombres. Domina cultural y diplomáticamente Europa. En el
ámbito interno, los derechos regionales y locales hacen imposible una
administración unificada.
A partir de 1713 se hace evidente la bancarrota de
las finanzas. Ello se debe a que el sistema fiscal era incapaz de aprovechar la
riqueza del país para hacer viable la política
militar de Luis XIV sin resentir la economía(problema sin solución
durante todo el siglo)
La economía francesa del siglo
XVIII se basaba en una agricultura poco productiva. El régimen señorial permitía a
la clase privilegiada —nobleza y clero— cobrar rentas del campesinado, tener
jurisdicciones especiales y estar exenta del pago de impuestos. Los gremios
impedían el desarrollo de la industria, limitada a los mercados urbanos; las
aduanas interiores, peajes y sistemas diversos de medidas y pesos no permitían
la formación de un mercado nacional articulado.
En el país galo predominan las pequeñas
propiedades. Las innovaciones producidas en el siglo son impuestas desde arriba
produciéndose resistencias ante ella por parte de los campesinos.
Todo cambio impuesto desde el poder, con la
intención de hacer avanzar las fuerzas productivas, para aumentar la
productividad, cuando ellas no se encuentran preparadas, objetiva y
subjetivamente, conduce a una resistencia tenaz, pasiva y/o activa, de los
hombres que ven a sus relaciones actuales como útiles.
La resistencia no solo fue popular. La clase
dominante, un sector importante de ella, mostró claramente sus intenciones de
revertir el proceso por el cual el basamento de su poder era cuestionado.
La nobleza no era homogénea, por lo general ninguna
clase social lo es pero siempre existe un sector dentro de ella que unifica,
trasluce y conduce los ideales y acción de la totalidad de la clase en
cuestión. Tengamos en cuenta que la circulación monetaria iba generando
divisiones en el seno de la nobleza, porque para ser noble o mejor aun, para
mantener esa posición se necesitaba dinero.
Ante esta situación la casi totalidad de los
nobles, pobres en su mayoría, se oponían tenazmente a cualquier renovación que
implicase una reducción de sus privilegios. El siglo XVIII no fue el único, en
donde el exclusivismo noble se da, pero si se dio una tendencia a profundizarse
al final del ancíen régimen (pe. en el ejército con la ordenanza de 1781, en la
iglesia en donde en 1789 todos los obispos son nobles o en la administración en
donde se cierra la entrada a los plebeyos)
La reacción aristocrática, que tal actitud
demuestra, no puede imponerse a la sociedad toda. Debido a que las clases
dominantes del antiguo régimen se encuentran con la dificultad de que su
sociedad civil esta dispersa. Las
corporaciones (religiosas, artesanas…) influyen en la vida de los hombres; este
es un miembro del grupo antes que el de una unidad mayor (Estado, Nación…). En
esta situación la acción que puede ejercer el poder central más allá del
dominio coercitivo es restringido.
En tal sentido tomo importancia la elaboración de
una ideología que rescatase al individuo como protagonista, al tiempo que
redefine su relación con la sociedad, en especial con el Estado. Esta
enunciación teórica de la Ilustración cobrará cuerpo en la praxis revolucionaria. El
concepto de ciudadano es la síntesis. Su contenido especifico estará siempre
definido por una correlación de fuerzas
determinada (pe. mientras que en el 89 serán divididos censitariamente en
el año II será un participante activo en la creación de la democracia). Aunque
el resultado final será ser la base ideológica/ material del futuro consenso
del nuevo poder central y de la clase dominante: la burguesía.
La Revolución Francesa señala la llegada a la
historia de Francia, de la sociedad burguesa y capitalista. Su característica
esencial es la de haber logrado la unidad nacional del país mediante la
destrucción del régimen señorial y de los ordenes feudales privilegiados.
Pero en este proceso de construcción/ destrucción,
no toda la burguesía estuvo de acuerdo. Esta clase tampoco era homogénea, había
sectores de ella que estaban ligados al antiguo régimen, a través de bienes
inmuebles, prebendas e intereses. Esta situación no llevaba a que hubiera una contradicción debido a que
el capital comercial preponderaba sobre el capital industrial y si bien
implicaba un proceso de transición no necesariamente implicaba la necesidad de
romper con el modo de producción imperante.
Este sector de la burguesía tendía siempre al
compromiso con la nobleza (pe. con los decretos del 4-11 de agosto). Pero esta
última se negó mientras que vio una oportunidad de recobrar sus privilegios y
tuvo que sufrir la presión popular, el
terror, la dictadura napoleónica y las jornadas gloriosas para que recién en
1830 se comprometieran a un gobierno de unidad
Sería la pequeña burguesía (sector numeroso compuesto por tenderos y artesanos)
lo que a través de la movilización llevaría hasta las últimas consecuencias el
programa burgués. No sin contradicciones de un sector que jamás pudo elaborar
un programa propio, que se debatió en contra de la gran propiedad siendo ellos
propietarios, pidiendo un máximo pero que al mismo tiempo no le afectara sus
beneficios.
En el campo el odio hacia la aristocracia, al
diezmero, unificaba una realidad no tan homogénea. Si bien la pequeña propiedad
agrícola era preponderante se iban formando al interior campesinos propietarios
de grandes propiedades y campesinos en vías de proletarización. Los primeros
buscaron el rompimiento de la comunidad rural que lo gravaba en obligaciones
mientras que los segundos faltos de trabajos y cultivo defendían aquellos que
le permitían vivir.
Hay que comprender la participación y
contradicciones de estos sectores para entender la progresión y profundización
de la revolución de 1789-1793, por que fue la participación de estas capas
medias y masas populares la que llevaron el programa burgués.
Desarrollo de la revolución
El borbón Luis XVI se inspiraba
en el Despotismo Ilustrado; prescindía de los Estados Generales (Cortes
Estamentales). Sin embargo, la superposición de divisiones territoriales
administrativas, judiciales, fiscales y religiosas, debilitaba el poder real.
Hacia finales del siglo de un total de 26 millones de habitantes, 24.000.000
habitaban en el campo, de estos, 20 millones eran campesinos. La nobleza estaba
constituida por unas 400.000 personas, mientras que el clero por unos 100.000.
A finales del siglo XVIII, una
serie de malas cosechas provocaron crisis de subsistencias, aumento de los precios
y disminución de los salarios. Además, la intervención en la guerra de la
Independencia americana (1775-1783) condujo a la bancarrota de un Estado que
tenía ya un presupuesto deficitario. Los ministros decidieron extender los
impuestos a la clase privilegiada. Esta no sólo se negó sino que, en su deseo
de recuperar poder frente a la iniciativa real, forzó la reunión de los Estados
Generales. Fue la llamada Revuelta de los Privilegiados de 1788.
Los Estados Generales se
reunieron el 5 de mayo de 1789, en Versalles, sobre un fondo de crisis
creciente y desasosiego popular. La representación del Tercer Estado se había doblado, pero la
deliberación seguía siendo por estamentos. Ante las continuas negativas de
reuniones conjuntas, el 17 de junio el Tercer Estado sumado a un sector
mayoritario del clero se constituyó en Asamblea Nacional, legitimado por
representar a la mayoría del pueblo de Francia. El 20 de junio, cuando vio que
tenía cerrado el acceso a su sala habitual de reuniones, se dirigió al Jeu de
Paume(juego de la pelota) y allí los diputados juraron no disolverse hasta
haber dotado a la nación de una Constitución. El 9 de julio de 1789 se proclamó
la Asamblea Nacional Constituyente. La burguesía había hecho un cambio jurídico
sin llegar a la violencia.
El rey, temeroso, perfiló la
contraofensiva concentrando tropas en París. El 14 de julio, las clases
populares, movilizadas por la burguesía, atacaron la Bastilla, prisión real y
símbolo de la opresión. En época de revolución nada tiene más fuerza que la
caída de los simbolos. Esta acción forzó al monarca a aceptar la Asamblea
Nacional. Paralelamente, se extendieron por el campo revueltas campesinas
desorganizadas ante rumores de reacciones señoriales, bandidos e incluso
peligros imaginarios. Se asaltaban castillos, se quemaban títulos nobiliarios.
Es la Grande Peur (Gran miedo)que se
extiende. La Asamblea Nacional se decidió a hacer algunas concesiones: el 4 de
agosto se abolió el régimen señorial. El 26 de agosto de 1789 se adoptó la
Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. La resistencia pasiva del
monarca, al no sancionar los decretos promulgados por la Asamblea, más la nueva
concentración de tropas a finales de septiembre, en Versalles, provocaron el
descontento de la población. El 1 de octubre de 1789, a partir del incidente
del banquete de los Guardias de Corps (pisaron la escarapela tricolor, símbolo
de la Revolución), los patriotas prepararon una jornada de lucha movilizando al
pueblo de París. Se formó una manifestación de 6.000 a 7.000.
En la Asamblea Nacional
Constituyente al principio había dos grupos políticos, los partidarios de la
Revolución, los patriotas, y los contrarios a ella, la aristocracia, pero poco
a poco se fueron formando otros, procedentes de los patriotas, desde la derecha
hasta la izquierda. Muy Importante fue la aparición de los clubs. Estos
desarrollaban una vida muy activa y representaban a diferentes tendencias,
incluso las no presentes en la Asamblea, ya que en algunos de ellos
participaban los ciudadanos pasivos. Destacaron en la organización de hechos
claves como la toma de la Bastilla y la marcha a Versalles. Era, por tanto, un
poder establecido al margen de la Asamblea.
La labor jurídica de la Asamblea
Nacional Constituyente (julio 1789-septiembre 1791) liquidó totalmente las
bases del Antiguo Régimen, construyendo un modelo liberal que permitió el
desarrollo de una economía capitalista. Con la Constitución Civil del Clero
(1790) este se convirtió en funcionario del Estado, lo que llevó a una división
entre constitucionales y refractarios (los que no la aceptaban). La Declaración
de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), y la Constitución de 1791,
establecieron los principios del liberalismo político (soberanía nacional,
división de poderes), bajo la forma de una Monarquía Constitucional. Los
franceses dejaron de ser súbditos para ser ciudadanos.
Sin embargo, el equilibrio entre
el Antiguo Régimen y el nuevo era todavía muy frágil. La oposición real de la
mayoría de la aristocracia y de la Iglesia, más el cerco de las potencias
absolutistas europeas(Austria, Prusia) amenazando con la invasión, precipitaron
los acontecimientos. El rey intentó, sin éxito, huir (huida de Varennes, 20 de
junio de 1791) para unirse a las tropas austríacas, aumentando el recelo contra
él.
Una vez proclamada la
Constitución, en septiembre de 1791, se disolvió la Asamblea Constituyente
empezando la Legislativa (octubre de 1791 -septiembre 1792). Para los diputados
constitucionalistas la Revolución realizada ya era suficiente, pero en el polo
opuesto estaban los que querían profundizarla. No cabe duda que el acelerador
de la Revolución fue la guerra declarada contra Austria el 20 de abril de 1792.
Esta hizo más rígidas las opciones políticas y más graves las tensiones
sociales. Derrotas constantes, falta alimentos, descontento, sospechas de
conspiraciones reales; la población de París, de nuevo, forzó la situación. El l0 de agosto de 1792, los sans-culottes asaltaron el palacio real
de las Tullerías. La burguesía radical
tomaría, desde ese momento, las riendas de la revolución. Se disolvió la
Asamblea Nacional y se formó la Convención
Girondina (septiembre 1792-junio 1793).
El 21 de septiembre de 1792 se
abolió la Monarquía y se proclamó la República. Los documentos públicos serán fechados
a partir de ahora en el año I de la República. Después de debates entre
girondinos (republicanos que evolucionarían hacia posturas más conservadoras) y
montañeses (izquierda de la Asamblea, apoyados por los sans-culottes), en la Convención se votó la pena de muerte para el
rey, que fue ejecutado el 21 enero de 1793 en la Plaza de la Revolución (actual
Plaza de la Concordia).
La Convención declaró la guerra
a Inglaterra, Holanda y España, ésta progresivamente se fue volcando en un sentido desfavorable. Este
período se caracterizó por la existencia de problemas económicos y sociales que
supusieron enfrentamientos políticos
entre girondinos y montañeses. Cuando en los primeros meses de 1793 la guerra
se extendió a todas las fronteras, la Convención adoptó medidas que afectaron
el orden institucional y el derecho de
propiedad. Estas medidas fueron adoptadas por iniciación de la Montaña, a pesar
de la resistencia de la Gironda.
La insurrección de la Vendée
empezó en marzo de 1793. Su raíz estaba en los graves problemas económicos y
sociales del campo. Los tumultos comenzaron cuando esta región debía aportar
hombres para la movilización. La influencia de los sacerdotes refractarios y de
algunos nobles le dio al movimiento su carácter antirevolucionario. En poco
tiempo, el territorio quedó bajo el poder de los rebeldes, y aun cuando el
movimiento no tomó un carácter expansivo, existió siempre el riesgo de una
contrarrevolución general.
Los enfrentamientos entre
girondinos y montañeses se agravaban paulatinamente a causa de todos estos
conflictos. Finalmente, Robespierre indujo al pueblo a la insurrección, que
triunfó el 2 de junio de 1793, que significaba la eliminación política de la
alta burguesía en la Asamblea. Tras la alianza de los montañeses con los sans-culottes se desarrollaría también
una de las principales contradicciones de la Revolución.
La nueva Convención montañesa
(junio 1793-julio 1794) mostró los límites que alcanzó el proceso
revolucionario, dirigida en este momento por la mediana y pequeña burguesía. Es
el momento más radical de la Revolución Francesa.
El 24 de junio de 1794 fue
aprobada una nueva Constitución, que presentaba algunas innovaciones con
respecto a la de 1791: «El fin de la sociedad es el bienestar común» y “La
proclamación del derecho al trabajo”. El gobierno revolucionario organizó la
resistencia y luego la contraofensiva, provocando un vuelco en el curso de la
guerra. Los ejércitos extranjeros fueron rechazados más allá de las fronteras
en diciembre de 1793 y en el año 1794 se pasó a la ofensiva.
En diciembre de 1793 quedó sofocada la
insurrección de la Vendée, también quedó dominada la revolución federalista,
con la toma de Lyon, complejo movimiento del interior que
había capitalizado el
descontento allí existente en favor de los girondinos y emigrados.
A causa de los graves conflictos
de este período no se llegó a poner en vigor la nueva Constitución, quedando
como documento testimonial del pensamiento jacobino. Se instauró un gobierno
dictatorial que tomaba todas las medidas de tipo político, económico y social.
La dictadura jacobina practicó una economía de guerra. Se aplicó un
rudimentario dirigismo estatal, aun en contra de los principios del liberalismo
económico, en que estos hombres creían. En septiembre de 1793 se estableció la
Ley del Máximo General, para los artículos de primera necesidad. Esta y otras
medidas tenían carácter excepcional, justificadas por estar en tiempos de
guerra, no porque se quisiera implantar un nuevo modelo de economía.
El gobierno jacobino (Robespierre,
Saint-Just) querían evitar la gran desproporción de las fortunas, aspiraban a
una «Sociedad de pequeños productores independientes», campesinos y artesanos.
Distaba mucho de efectuar cambios sociales radicales o de afectar al régimen de
propiedad.
En este período, debido al
peligro de la contrarrevolución y la guerra, se llevó a cabo, a través de los
Comités (Vigilancia, Salud Pública, Defensa General, etc.), un proceso de
extremo control y represión, conocido como «El Terror». La gran burguesía quería
que se volviera a establecer la libertad total de producción y de intercambio
que le había otorgado la Revolución de 1789. El movimiento popular fue
desvinculándose del gobierno revolucionario. Este, por las exigencias de la
defensa nacional, obligaba a la obediencia pasiva de las organizaciones
populares. La subida de los precios de las subsistencias y el relajamiento del
control, suscitó la agitación obrera.
El 27 de julio de 1794 (9
Termidor) Robespierre fue acusado por sus enemigos en la Convención (moderados
y cordeliers). Se intentó una
insurrección, pero ésta fracasó y el 28 de julio de 1794 Robespierre fue
guillotinado.
En la Convención Termidoriana
(julio 1794-mayo 1795), «las gentes honradas» deseaban eliminar de la vida
política a los desarrapados, que por un momento habían impuesto sus principios.
Se desarrolló el «Terror Blanco». La sociedad de los jacobinos quedó disuelta y
las secciones parisienses cayeron en poder de la reacción, tolerada por la
Convención. Se volvió a la libertad económica, lo que provocó un gran aumento
de precios y escasez de productos, agravando la situación de la población. La
mortalidad aumentó, provocando nuevas agitaciones. Estos movimientos fueron
sofocados fácilmente, debido a que la represión les había privado de sus
dirigentes.
Se hizo una nueva Constitución,
en la que se trataba de volver a los principios de 1789, pero interpretados y
dirigidos en sentido de los intereses burgueses. Según la Constitución el
ejecutivo se ejercía a través del Directorio (1795-97, primer Directorio;
1797-99, segundo Directorio). El nuevo período se caracterizó por la continua
inestabilidad ante la presión de la aristocracia que pedía la vuelta al Antiguo
Régimen y la de las clases populares que querían profundizar el proceso revolucionario. Como muestra de
esto último está el movimiento de la Conjura de los Iguales, dirigida por
Babeuf (1795), que fue duramente reprimido. Constituyó el primer intento de que
una concepción comunista entrase en la historia.
Ante el peligro realista, el
directorio sólo se podía apoyar en los militares, que poco a poco iban
adquiriendo mucho poder. El 4 de septiembre de 1797 (18 Fructidor) París fue
ocupado militarmente y los diputados realistas fueron encarcelados.
Después del golpe de Estado
continuó la inestabilidad en el segundo Directorio. Las medidas de excepción
sirvieron para reducir la contrarrevolución. La caída del segundo Directorio se
produjo en un ambiente de descomposición. Tanto la alta burguesía como los
campesinos propietarios favorecieron el golpe de Estado del 18 Brumario (9 de
noviembre de 1799). Napoleón Bonaparte irrumpió al día siguiente en la Asamblea
General y aquella misma tarde se constituyó el Consulado Provisional. Se
trataba de asentar la primacía social de los propietarios. El régimen
autoritario que los brumarios habían querido implantar se convirtió rápidamente
en beneficio del poder personal de Bonaparte. La República de los Notables se
había transformado en una dictadura militar que representaba los principios de
la alta burguesía.
Ante la debilidad del Directorio, Napoleón participó
de un golpe de estado que destituyó al gobierno y dio comienzo al Consulado
(1799-1804), uno de cuyos miembros fue el mismo Napoleón. Su poder crecería en
los años siguientes, y en 1804, luego de ser confirmado por un plebiscito, fue
coronado emperador.En la historia de los diez años del Imperio napoleónico
(1804-1815) se pueden reconocer dos procesos de gran envergadura: la guerra y
la organización del ‘nuevo orden” en Francia.
Desde los primeros años de la Revolución, Francia
había enfrentado la alianza de los países europeos gobernados por monarquías.
Durante el período napoleónico, las victorias francesas se sucedieron en
tierra; en 1812, el Imperio alcanzó su máxima expansión y llegó a ocupar una
gran parte del occidente de Europa continental. En su avance, Napoleón encontró
minorías dispuestas a colaborar con él para finalizar con el Antiguo Régimen
pero también fuertes resistencias nacionales, por ejemplo en España. Sin
embargo, fracasó en su invasión a Inglaterra, cuya flota logró el control de
los mares. Napoleón entonces, trató, sin éxito, de hundir económicamente a los
ingleses mediante el bloqueo continental, que prohibía comerciar con
Inglaterra a los países dominados o aliados de Francia. El fracaso de la
campaña francesa de Rusia, iniciada en 1812, marcó el comienzo de la crisis del
Imperio. La caída de Napoleón en 1814 y su derrota definitiva en 1815, luego
de regresar del exilio, se relacionan directamente con la situación militar.
Desde el Consulado, el Estado francés fue adquiriendo
un nuevo ordenamiento jurídico y administrativo. En este sentido, se
centralizó la administración y se reorganizó el sistema educativo, avanzando
sobre algunas áreas reservadas a la Iglesia. En el año 1804, el Código Civil,
llamado Código de Napoleón, consagró los derechos de propiedad, de libertad
individual y de igualdad ante la ley; también reglamentó el matrimonio civil y
los divorcios. A pesar del reconocimiento de estos viejos anhelos de la
burguesía revolucionaria, la estructura imperial contribuyó a la aparición de
una nueva “aristocracia”, que en muchos casos se vinculó sin problemas a la
antigua nobleza
El legado de la Revolución era entonces
contradictorio. Bonaparte había sido nombrado emperador, pero se le concedía
el gobierno de la República; los miembros de las coaliciones monárquicas, a su
vez, lo combatieron hasta el final como a un soldado de la Revolución. En
cualquier caso, hasta 1814-1815, cuando las derrotas militares sufridas por
Napoleón precipitaron su caída y se restauró la monarquía, la sociedad francesa
era distinta a la del Antiguo Régimen. Los derechos civiles que reclamaba la
burguesía acomodada estaban reconocidos y el Estado se había modernizado. Sin
dudas, la tradición más radical de la Revolución había sido desplazada a un
segundo plano; reaparecerá, una y otra vez, durante los conflictos políticos
del siglo XIX. Y, en el mundo, luego de 1789, los modos de la política no
volvieron a ser los mismos
TRABAJO
CON DOCUMENTOS
LA CRISIS DE LA COYUNTURA Y LA REVUELTA DE LOS
PRIVILEGIADOS
La década de los 80 fue muy
crítica: aumento de población, malas cosechas (especialmente vitícolas y de
cereales), una crisis de la ganadería ovina (1785) y falta del algodón
americano por la Guerra de Independencia americana (1775-83); además se firmó
un tratado librecambista con Inglaterra (1786). Todo ello hizo aumentar los
precios y disminuir los salarios reales. La victoria sobre Inglaterra en la
Guerra de Independencia americana se obtuvo a costa de la bancarrota final. La
crisis financiera del Estado se manifestó en un gravísimo déficit público.
Ante tan desesperada situación,
el ministro Calonne convocó, en 1787, la «Asamblea de Notables» para
solicitarles el pago de impuestos. La negativa le hizo dimitir. Su sucesor,
Brienne, intentó una negociación directa con las altas Cortes de Justicia
Nobiliaria (Parlamentos), que decidieron proponer la convocatoria de Estados
Generales (antiguas Cortes Medievales que no se reunían desde 1614) con la
intención de recuperar la iniciativa frente a la monarquía. Luis XVI se negó,
pero la movilización de la burguesía y las clases populares le llevaron a
aceptar la reunión para mayo de 1789.
La campaña electoral durante el
invierno y primavera de 1789 es efervescente. Privilegiados y Tercer Estado
refuerzan sus tensiones. En los Cuadernos de Quejas todos coinciden en el deseo
de mejorar la administración y poner límites a la monarquía, pero difieren en
la mayoría de los aspectos. El primer objetivo del Tercer Estado era forzar un
cambio en el modelo de funcionamiento de los Estados Generales. El total de
delegados fue de 1154: 291 por el clero, 285 por la nobleza y 578 por el tercer
estado.
LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE (julio 1789-septiembre 1791)
Inicialmente había sólo dos
grupos, los partidarios de la Revolución, los patriotas, y los contrarios a
ella, la aristocracia. Pero, poco a poco, se fueron formando otros procedentes
de los patriotas y relacionados con sociedades, clubs y personajes destacados.
El eje de monárquicos constitucionales fue el que consiguió el consenso en este
período. Así, la Constituyente hizo una labor de compromiso en favor de la
burguesía moderada (propietaria) y la nobleza liberal. Se liquidó el Antiguo Régimen
y se establecieron las bases de una nueva sociedad liberal que permitió el
desarrollo del capitalismo.
Grupos políticos:
Aristócratas: Contrarios a la
Revolución. Acabarán conspirando y emigrando.
Patriotas:
·
Monárquicos, defensores de la prerrogativa real.
Aristocracia liberal.( Mounier.)
·
Constitucionales, defensores de una Monarquía
Constitucional. Gran burguesía.(La Fayette, Sieyés.)
·
Triunvirato, liberales defensores de un acuerdo con el
rey para impedir el enfrentamiento entre derecha e izquierda. (Barnave.)
·
Demócratas, defensores del sufragio universal. Pequeña
burguesía. (Robespierre.)
Clubs:
·
Sociedad de Amigos de la Constitución (jacobinos):
Sector más militante de la burguesía.
·
Cistercienses: Alta burguesía. (La Fayette.)
·
Sociedad de Amigos de los Derechos del Hombre
(franciscanos o cordeliers): Danton,
Marat.
Los Clubs organizaban una vida
muy activa. Editaban periódicos, manifiestos, folletos, además de realizar todo
tipo de actividades. Entre ellas manifestaciones y concentraciones.
Las transformaciones
socioeconómicas implican, en primer lugar, la liquidación del régimen señorial
con la abolición de censos, diezmos y derechos señoriales y la desamortización
de las tierras de clero. La tierra se convierte en propiedad privada. Pero,
para movilizar esta riqueza era necesario facilitar la circulación monetaria;
así se creó el asignado, billetes cuyo valor estaba avalado por los bienes
nacionales y que acabarían provocando la inflación. Se liquidan los monopolios
comerciales, peajes, aduanas interiores y se unifican medidas y pesos, medidas
indispensables para la formación de un mercado nacional articulado. La ley Le
Chapelier (1791) disuelve los gremios y
proclama la libertad de trabajo. Con la Constitución Civil del Clero (1790) los
clérigos se convierten en funcionarios. También se crea la Guardia Nacional
para mantener el orden interno.
La Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano de 1789, junto con la Constitución de 1791 fijan los
principios básicos del liberalismo político y de un Estado moderno.
ASAMBLEA LEGISLATIVA(octubre
1791-setiembre 1792)
La Asamblea Legislativa tuvo que
enfrentarse a constantes conspiraciones internas y externas, la flagrante la
del mismo rey. La decisión más difícil fue la de declarar la guerra a las potencias
absolutistas que cercaban Francia y alimentaban la huida constante de
aristócratas y la sedición. La guerra declarada contra Austria el 20 de abril
de 1792, fue un auténtico desastre que acentuó las diferencias entre los grupos
políticos y también el hambre. Una vez más, las masas populares empujarían a la
mayoría de los diputados más allá de sus propios deseos, cuando el 10 de agosto
de 1792 los sans-culottes asaltaron
el palacio real de las Tullerías, hartos de las conspiraciones reales. Las
secciones de París coordinaron las acciones a través de un Comité: la Comuna de
París. Se había establecido otro poder más radical que el de los diputados: el
de la Comuna Insurreccional de París.
Al disolverse la Asamblea
Constituyente, los diputados habían acordado no presentarse a la reelección.
Por eso, la Legislativa se componía de gente joven y sin ninguna experiencia
parlamentaria. Sin partidos políticos organizados, se dividía en tendencias:
La DERECHA: Cistercienses,
partidarios de la monarquía limitada y la primacía de la burguesía, tal como lo
había establecido la Constitución de 1791.
La IZQUIERDA: Brissotinos, con
Brissot y Condorcet, nacidos de la burguesía media, relacionados con la alta
burguesía de negocios. Inscritos generalmente en el club de los jacobinos.
Un pequeño grupo estaba situado
a la extrema izquierda. No tenía apenas importancia en la Asamblea, pero se
mostraba muy activo en la calle, a través de los clubs.
Un grupo numeroso de diputados
se situaba en el centro; deseaban mantener la Revolución, pero no tenían una
idea clara de sus aspiraciones.
Al margen de la Asamblea, la
acción de los clubs, salones y secciones acrecentó su repercusión.
La guerra vista por los
historiadores
"María Antonieta escribía a su amigo Fersen, a
propósito del partido que, en la nueva Asamblea, incitaba a la guerra: « Los
imbéciles!, no ven que eso es servirnos a nosotros». En la Asamblea
legislativa que se reunió el 10 de
octubre de 1791, la guerra fue, en efecto deseada por la izquierda bajo el
Impulso de hombres nuevos a los que los contemporáneos, por el nombre de su
jefe de filas, denominaron bríssotinos y
que, desde Lamartíne, llamamos girondinos.
Los girondinos, representantes de la alta burguesía
negociante, intentan acabar con la contrarrevolución, sobre todo para
restablecer el crédito del asignado, necesario para la buena marcha de las
empresas. La guerra, que la aristocracia desea para realizar por la derrota la
contrarrevolución interior, no es rechazada por la burguesía negociante: ¿no
han sido siempre los aprovisionamientos a los ejércitos una fuente de
beneficios considerables?; ¿ guerra contra Inglaterra? No es muy probable. La
base del poder de esta burguesía negociante reside en la prosperidad de los
puertos, Marsella, Nantes y sobre todo Burdeos, centros vitales del
capitalismo de esa época, esencialmente comercial. Los girondinos, que habían
desencadenado la guerra continental desde abril de 1792, no declararon la
guerra a Inglaterra hasta febrero de 1793: la guerra marítima comprometía el
comercio de las islas y la prosperidad de las ciudades marítimas. La guerra
continental respondía mejor a los cálculos políticos de la burguesía
girondina. Atacar al Antiguo Régimen europeo significaba llevar al paroxismo
la lucha contra la aristocracia, desenmascararla, dirigirla a voluntad.
«Señalemos por adelantado un lugar para los traidores y que ese lugar sea el
cadalso», gritó Guadet el 14 de enero de 1792.
Pero la burguesía girondina se mostró incapaz de
dirigir sólo con sus fuerzas esa guerra contra la aristocracia: por egoísmo de
clase rechazó la ayuda del pueblo" Soboul, A.;"LA revolución
francesa",pp.68-69
"En el curso de la crisis,
la joven republica francesa descubrió o invento la guerra total: la total
movilización de los recursos de una nación mediante el reclutamiento en masa,
el racionamiento, el establecimiento de una economía de guerra rigídamente
controlada y la abolición virtual, dentro y fuera del país, de la distinción
entre soldados y civiles" Hosbawm, E.;"Las revoluciones burguesas",
p. 127
LA CONVENCIÓN GIRONDINA (septiembre 1792-junio 1793)
En la Convención no había
partidos organizados, aunque eran fuertes las rivalidades.
GIRONDA (federalistas). Contaba
con el respaldo de los grandes burgueses y tenían su mayor fuerza en el
interior. Eran defensores de la propiedad y del liberalismo económico. Eran el
ala moderada de los demócratas.
MONTAÑA (centralistas). Tenían
su fuerte en París y se vinculaba más a los sectores populares (Danton, Marat,
Robespierre). Se presentaban como defensores de la Revolución, dispuestos a
tomar medidas de excepción aun cuando estas atacaran derechos como el de la
propiedad y la libertad individual, de los que también se proclamaban
defensores.
LLANURA. No tenía una posición
definida.
En cuanto a la situación
externa, tras la victoria de Valmy los ejércitos franceses iniciaron una rápida
ofensiva que llevó a la ampliación de la guerra. Esto agravó el problema de las
subsistencias, que ya padecía Francia, provocando una serie de agitaciones
populares. Ante esto, las secciones reclamaban la requisa de los productos de
primera necesidad, así como la fijación de precios máximos. Los jacobinos
decidieron adoptar toda una serie de medidas excepcionales en defensa de la
Revolución:
1.
Creación de un Comité de Defensa General (vigilancia a
los ministros)
2.
Comités de Vigilancia en cada Comuna (listas de
sospechosos).
3.
Muerte civil a los emigrados y confiscación de sus
bienes.
4. Comité de Salud Pública (amplias
facultades para poner medidas de emergencia>.
5. Control del comercio de cereales
y fijación de los precios máximos de los cereales.
Los girondinos se mostraron en
desacuerdo con las medidas excepcionales que atentaban contra el liberalismo y
obstaculizaron en lo posible el cumplimiento de estas. Por lo que finalmente
Robespierre indujo al pueblo a la insurrección. Tras el fracaso del 31 de mayo,
triunfó el 2 de junio, cuando la Guardia Nacional, animada por la Comuna, rodeó
las Tullerías. La Convención se sometió. Significa la eliminación de la alta
burguesía y la entrada de los desarrapados.
LA CONVENCIÓN MONTAÑESA (junio 1793-julio 1794)
Tras la insurrección del 2 de
junio, comenzó el nuevo período de la Revolución Francesa, caracterizado por
ser el más radical. Los jacobinos representaban los intereses de la pequeña y
mediana burguesía y buscaron el apoyo de los sans-culottes para poder hacer efectivas sus medidas. Estos se
plantearon durante todo este tiempo no dejarse desbordar por las exigencias
políticas, económicas y sociales de los movimientos populares que no entraran
en el programa. Paulatinamente, las masas populares se fueron desvinculando del
gobierno jacobino, que no pudo satisfacer sus reivindicaciones.
Los principales problemas
económicos eran en este momento los siguientes:
· Abastecimiento de los ejércitos.
· Abastecimiento de la población.
Las dificultades provinieron tanto de la producción como de la
comercialización. La producción estaba resentida por la acción de factores
naturales (malas cosechas, etc.) y por el desplazamiento de la mano de obra al
ejército, así como por el desorden de los campos. En la comercialización se
daba el problema del acaparamiento y la especulación.
El gobierno debía procurar que
hubiera productos en el mercado y que se frenara el alza de los precios y
aumentar el poder adquisitivo de los consumidores. En julio de 1793 fue
aprobada la ley sobre el acaparamiento, se imponía la muerte a los comerciantes
que ocultaran mercancías de primera necesidad. En septiembre de 1793 se
estableció el empréstito forzoso a los ricos. El período jacobino se enfrentó
al problema de la contrarrevolución (realistas). En contra de esta se
desarrolló «El Terror» en la que se instauró un gobierno dictatorial,
suspendiéndose las garantías constitucionales. El período más intenso, llamado
«Gran Terror», se inició con la ley del 10 de junio de 1794. Por esta ley, la
cualidad de sospechoso pasó prácticamente a convertirse en la de enemigo. El
juicio podía convertirse en una simple verificación dé la identidad (quedaron
eliminadas las garantías del acusado, de hecho se les suprimió la defensa
letrada, etc.).
Robespierre fue acusado en la Asamblea por
los sectores moderados y cordeliers. Los primeros estaban descontentos porque
los jacobinos habían abolido el liberalismo económico, los segundos querían medidas
más radicales que satisficieran las demandas populares. Robespierre intentó
organizar de nuevo una insurrección, pero esta fracasó, ya que de hecho las
secciones habían sido obligadas a una actitud pasiva durante el período
dictatorial. Robespierre fue acusado y ejecutado el 27 y 28 de julio de 1794
respectivamente.
Las contradicciones del gobierno
jacobino para un historiador
(…)rápidamente se manifestó el enfrentamiento entre el
movimiento popular y la dictadura jacobina de salvación pública, lo que minó el
sistema del año II. Si bien es cierto que se agravó a consecuencia de la
guerra, no lo es menos que traducía las tendencias irreductibles de las dos
categorías sociales diferentes.
En el plano político la guerra exigía un gobierno
autoritario y los sans-culottes tuvieron
conciencia de ello, ya que contribuyeron a su formación. Pero la guerra y sus
necesidades entraron rápidamente en contradicción con la democracia que
montañeses y sans-cu/ottes invocaban
por igual pero en sentidos distintos. Los sans-cu/ottes
hablan reclamado un gobierno fuerte que aplastara a la aristocracia: no se
hablan dado cuenta de que, en su voluntad de vencer, ese gobierno les obligaría
a obedecer. Sobre todo la democracia, tal como ellos la practicaban, tendía
espontáneamente hacia el gobierno directo. Control de los elegidos, derecho
para el pueblo de revocar su mandato, voto en voz alta o por aclamación: este
comportamiento político se oponía irremediablemente a la idea de una democracia
liberal y representativa defendida por la burguesía montañesa. Más que
enfrentamiento circunstancial, había en este terreno una contradicción
fundamental.
En el plano económico y social la contradicción no era
menos insuperable. Partidarios de la economía liberal, los hombres del gobierno
revolucionario, Robespierre el primero, sólo aceptaron la economía dirigida
porque no podían prescindir de la tasación y la requisa para mantener una gran
guerra nacional: los sans-culottes, al
imponer el máximo general, pensaban
mucho más también en su propia subsistencia. La Revolución, por democrática que
se hubiera vuelto, no dejaba de ser burguesa: el gobierno revolucionario tasó
tanto los salarios como los productos, para mantener el equilibrio entre los
jefes de empresa y asalariados. Esta política exigía la alianza de la Montaña
y de la sans-culotteríe. Ahora bien,
se oponía a la burguesía, incluso jacobina, porque suprimía la libertad
económica y restringía el beneficio. Salvo en el caso de materiales de guerra
pagados por el estado y en el de los granos y forrajes requisados al campesino,
el máximo se eludió: el conflicto con los asalariados era inevitable. Estos,
que padecían la inflación y las insuficiencias del abastecimiento, estaban
naturalmente predispuestos a sacar partido de la escasez relativa de la mano de
obra para arrancar aumentos de salario: del otoño a la primavera del año II, la
Comuna dejó hacer, descuidando la tasación de los salarios en contra de la
ley. Después de germinal el gobierno enderezó la situación de las empresas, cuyos
beneficios tendían a disminuir, atrapadas como estaban entre la tasa y el
aumento ilegal de los salarios; política esta que desembocé en el máximo
salarial parisiense del 5 termidor. No obstante, actuando de ese modo el
gobierno revolucionario acaba con unas ventajas adquiridas por los asalariados
y parecía abandonar su posición de mediador. La economía dirigida del año II,
al no reposar sobre una base de clase, estaba en falso: después del 9 termidor
el edificio se hundió.
Los antagonismos entre dictadura jacobina y movimiento
popular no eran los únicos: las contradicciones propias de la sans-culotterie llevaban en germen la
ruina del sistema del año II. Los sans-cu/otte
no constituían una clase, ni su movimiento un partido de clase. Artesanos y
tenderos, obreros y jornaleros, formaron con una minoría burguesa, una
coalición que desplegó una fuerza irresistible contra la aristocracia. Pero en
el seno de esta coalición se afirmó la oposición entre artesanos y tenderos,
que vivían del beneficio que obtenían de la propiedad privada de los medios de
producción, y obreros y jornaleros, que no disponían más que de un
salario" Soboul, A.; "La revolución francesa", pp. 99-100
CONVENCIÓN TERMIDORIANA (julio
1794-mayo 1795)
Desde el punto de vista político
significó la vuelta de la alta burguesía al poder. Se inició un período de
represión hacia los sectores más radicales (Terror Blanco). La sociedad de los
jacobinos quedó disuelta y las secciones parisienses cayeron en poder de la
reacción. La Convención toleraba los excesos de la reacción ultra. Además había
también emigrados que habían vuelto.
Las tendencias políticas del
período fueron:
· Moderados: Pedían la
Constitución de 1791.
· Neo-Hebertistas: Las tendencias
populares hostiles al gobierno revolucionario. Constitución de 1793.
· Jacobinos: Continuaban siendo
partidarios del mantenimiento de la concentración gubernamental mientras durase
la guerra.
Los Neo-Hebertistas se unieron a
los moderados, por su enfrentamiento común a los jacobinos, pero tenían intereses
antagónicos.
Durante este período se hizo una
nueva Constitución, la de 1795, que restauraba los principios del 89. Sobre
todo se intentaba evitar que pudiera producirse de nuevo un proceso de
radicalización en la Revolución.
Luego de la caída de Robespierre, comenzó una nueva
etapa política en la que la Convención fue dominada por los grupos más
moderados, llamados Termidorianos porque la caída de Robespierre se produjo en
el mes de Termidor. Los termidorianos abolieron las medidas adoptadas por el
gobierno revolucionario y reprimieron tanto a los jacobinos como a los
aristócratas.
En 1795, la Convención sancionó una nueva
Constitución, llamada “del año III”. En ella se creaba un Poder Ejecutivo de
cinco miembros, el Directorio y se eliminaba el voto universal, estableciendo
nuevamente el voto de acuerdo a la fortuna poseída. El cuerpo electoral quedaba
así reducido a unas 20.000 personas, lo que garantizaba la preeminencia de los
grupos más acomodados de la burguesía y de sectores de la nobleza.
Parecía así concluir definitivamente la primera gran
etapa de la Revolución.
EL DIRECTORIO (1795-1799)
.El Directorio, con su ejecutivo de cinco personas,
pretendía evitar la concentración de poder en una persona, tal como había
ocurrido en el período jacobino; a pesar de ello los conflictos fueron
abundantes. Por un lado existían graves conflictos internos, como la rebelión
de los realistas que querían imponer de nuevo el Antiguo Régimen. Ante esto,
los neojacobinos intentaron poner en práctica su política de Salud Pública, lo
que provocó una fuerte reacción antijacobina, acabando el conflicto en una
nueva guerra civil. Por otra parte la guerra continuaba con resultados muy
desfavorables para Francia. Durante los años del Directorio (1795-1799), se
produjeron algunos motines populares y la llamada “Conspiración de los iguales”
que, conducida por Babeuf, reclamó una suerte de comunismo, con el apoyo
parcial de los sans-culottes. A su vez, las rebeliones realistas en el interior
de Francia y la guerra exterior continuaban con intermitencia. Los esfuerzos
revolucionarios por mejorar el ejército dieron buenos resultados y los
franceses lograron detener a los invasores e, incluso, ocupar parte del
territorio enemigo. Sin embargo, el período de la movilización popular
constante había acabado. De la herencia revolucionaria, los nuevos gobernantes
habían recogido sólo la tradición republicana
TRANSFORMACIONES POLÍTICO SOCIALES DE LA REVOLUCIÓN
FRANCESA
Cambios económicos y sociales:
La Asamblea Constituyente introdujo una serie de
cambios económicos y sociales:
Derechos feudales:
·
Supresión
de la servidumbre.
·
Supresión
del mayorazgo.
·
Supresión
sin indemnización de los derechos feudales que pesaban sobre las personas.
·
Obligación
del pago de impuestos que sería percibido sobre todas las personas y todos los
bienes.
·
Admisión
de todos los ciudadanos a todos los empleos y dignidades.
·
Supresión
de los diezmos, sin indemnización.
·
Supresión
con indemnización de todos los derechos feudales referidos a las tierras.
Industria y comercio:
Se impusieron los principios económicos del
liberalismo económico:
·
Supresión
de corporaciones y manufacturas privilegiadas.
·
Prohibición
de las coaliciones obreras y de las huelgas (ley de Chapelier).
·
Unificación
del mercado interno mediante la supresión de aduanas y peajes.
·
Amplia
autorización para las actividades bancarias.
Impuestos:
La igualdad de todos ante el impuesto convertido en
contribución. Se racionalizó el reparto igual, proporcionalmente a los
recursos.
Cambios administrativos:
Las características generales de nuevo ordenamiento
fueron: la racionalidad, la descentralización y la elegibilidad; se eliminaba
la venalidad (compra de los cargos), fue norma general que estos fueran
provistos por elección de ciudadanos. Administración local: Francia fue
dividida en 83 departamentos que reemplazaron a las antiguas provincias.
Reforma judicial: La nueva organización judicial tendía a salvaguardar la
libertad individual, de ahí el conjunto de garantías en beneficio del acusado
(juicios públicos, asistencia obligatoria de un abogado).
Ejército:A pesar de la creación de la Guardia
Nacional, para la cual se reservaba el mantenimiento del orden interno, el
ejército continuó siendo la fuerza armada principal. Este no fue objeto de
reformas radicales y sólo se dictaron medidas para facilitar el acceso a la
oficialidad a los soldados. Los cambios en el ejército se produjeron en la
práctica, emigración de nobles, etc.
Cambios políticos:
El 3 de septiembre de 1791, la Asamblea Constituyente
dio su aprobación a la llamada Constitución de 1791. La mayoría de las
disposiciones regían prácticamente desde los meses de agosto, septiembre y
octubre de 1789. Lo que se hizo en la fase final fue codificar y revisar los
artículos anteriormente aprobados.
La Constitución proclamaba el principio de la
soberanía popular y organizaba un régimen de monarquía parlamentaria. Los
derechos políticos quedaban reservados a una minoría. La Constitución no
concedía el derecho de sufragio más que a los propietarios. Los ciudadanos
quedaron clasificados en tres categorías:
·
Ciudadanos
pasivos: Estaban excluidos del derecho electoral.
·
Ciudadanos
activos: Tenían que pagar un mínimo fijado de contribución y podían designar a
los electores.
·
Electores:
Tenían que pagar otro mínimo fijado.
En cuanto a la forma de poder se hizo la división de
poderes (poder ejecutivo y poder legislativo).
CRONOLOGÍA
1787
22 de
febrero..Reunión de la Asamblea de los Notables. Destitución del ministro
Calonne; lo reemplaza Loménie de Brienne.
8de abril.
Disolución de la Asamblea de los Notables.
Junio. Edictos
reformadores de Loménie de Brienne.
16 de julio. El
Parlamento de París pide que se convoque a los Estados Generales.
1788
8 de mayo.
Reforma judicial de Lamoignon. Desórdenes en las provincias (Grenoble).
8 de agosto.
Convocatoria de los Estados Generales para el 1ºde mayo de 1789.
24-26 de agosto.
Destitución y posterior reposición del ministro reformista Necker.
1789
Marzo.
Elecciones para los Estados Generales. Revueltas en las provincias (Provenza,
Picardía).
5 de mayo. Real
sesión de apertura de los Estados Generales,
6 de mayo. El
Tercer Estado toma el nombre de «Comunes».
17 de junio. Los
«Comunes» se autodenominan «Asamblea Nacional».
20 de junio.
Juramento del Juego de Pelota.
9 de julio. La
asamblea se proclama Asamblea Nacional Constituyente.
14 de julio.
Toma de la Bastilla.
15 de julio.
Regreso del ministro Necker. « Revuelta municipal.»
20 de julio.
Comienzo del Gran Miedo.
4 de agosto.
Noche del 4 de agosto.: abolición de los privilegios del clero y la nobleza.
26 de agosto.
Aprobación de la Declaración de los Derechos
del Hombre.
5-6 de octubre.
Marcha sobre Versalles. Se lleva al rey nuevamente a París.
2 de noviembre.
Se pone los bienes del clero a disposición de la nación.
1790
Abril-junio.
Desórdenes en el Sudeste (Nimes, Montauban).
17 de abril. El
asignado adquiere categoría de moneda.
27 de abril.
Creación del Club de los Cordeleros.
12 de julio.
Aprobación de la Constitución Civil del Clero.
14 de julio.
Fiesta de la Federación en París.
18 de
agosto. Reunión contrarrevolucionaria en
el campo de Jalés.
31 de agosto.
Masacre de los patriotas del regimiento suizo de Châteauvieux en Nancy.
27 de noviembre.
Se impone a los funcionarios el juramento «Por la Nación, por la Ley y por el
Rey".
1791
Febrero.
Formación del clero constitucional.
10 de marzo. Pío
V condena la Constitución Civil (el breve Quod
aliquantum).
2 de abril.
Muerte de Mirabeau.
22 de mayo. Ley
Le Chapelier que prohíbe las coaliciones, sobre todo obreras.
20-21de junio.
Fuga de la familia real y arresto en Varennes.
13-16 de julio.
La Asamblea reinstaura al rey.
16 de julio. Los
moderados del Club de los «Feuillants» se
separan de los jacobinos.
17 de julio.
Masacre del Campo de Marte.
27 de agosto
Declaración de Pillnitz: las potencias amenazan la Revolución.
3 de setiembre.
Perfeccionamiento de la Constitución (se sanciona el 13 de septiembre).
1 de
octubre. Apertura de la Asamblea
Legislativa.
16 de octubre. Desórdenes de Avignon (masacre
de la «Glaciére»).
9-11 de
noviembre. Veto real a un decreto contra los emigrados.
7 de diciembre.
Formación de un ministerio «feuillant».
12 de diciembre-
2 de enero. Discursos de Robespierre contra la guerra.
1792
Enero-marzo.
Desórdenes en París y en regiones rurales a causa de la escasez de alimentos.
20 de abril
Declaración de guerra al «rey de Bohemia y de Hungría».
28-29 de abril.
Reveses en la frontera norte.
27 de mayo.
Decreto de deportación de los sacerdotes que rechazan el juramento.
4-11junio.Veto real al precedente decreto y al que establece
la leva de 20.000 federados.
12 de junio. Caída del ministerio Roland.
11-21 de julio. Declaración de la Patria en peligro.
25 de julio..«Manifiesto de Brunswick» con la amenaza
de destrucción de París.
10 de agosto.
Toma de las Tullerías y caída de la monarquía.
10-11 de agosto.
Convocatoria de la Convención. Se establece el sufragio universal.
23 de agosto.
Los prusianos conquistan Longwy. Masacres en las prisiones de París y en las
provincias.
2-6 de
setiembre. Fin de la Asamblea Legislativa. Laicización del Estado Civil. Valmy.
21 de setiembre.
Abolición de la monarquía. Año 1 de la
Revolución.
24-29 de
setiembre. Entrada de los franceses en Savoya y Niza.
Octubre.
Retirada de los prusianos. Los franceses ocupan Francfort y Maguncia.
6 de noviembre.
Victoria de Dumoriez en Jemmapes. Ocupación de Bélgica.
1793
(A partir del 22 de septiembre: Año II de la
Revolución.)
21 de enero.
Ejecución de Luis XVI.
1 de febrero.
Francia declara la guerra a Inglaterra y Holanda. Primera coalición.
24 de febrero.
Leva de 300.000 hombres. Desórdenes en las provincias.
25-27 de
febrero. Saqueo de tiendas en París. Precio máximo del azúcar y del jabón.
10 de marzo.
Creación del Tribunal que llevará el nombre de «Revolucionario» -
11 de marzo.
Comienzo de la revuelta vandeana.
18 de marzo.
Derrota de Dumoriez en Neerwinden, seguida de su traición.
6 de abril.
Creación del Comité de Salvación Pública con Danton.
29 de abril-29
de mayo. Comienzos de la insurrección federalista en Marsella y Lyon.
31 de mayo.
Manifestación popular contra la Gironda en la Convención.
2 de junio.
Nueva jornada revolucionaria: arresto de los girondinos.
24 de junio.
Aprobación de la Constitución del año 1.
10 de julio.
Renovación del Comité de Salvación Pública. 13 de julio. Asesinato de Marat por
Carlota Corday.
27 de julio.
Robespierre en el Comité de Salvación Pública.
25 de agosto. La
Convención reconquista Marsella.
27 de agosto.
Los realistas entregan Tolón a los ingleses.
4-5 de
setiembre. Movimientos populares en París. El Terror, al orden del día.
Formación de un ejército revolucionario parisiense.
6-8 de
setiembre. Victoria francesa en Hondschoote.
17 de setiembre.
Leyes sobre sospechosos.
29 de setiembre.
Institución del máximo general de precios y salarios.
10 de octubre. 19 Vendimiario. El gobierno se declara revolucionario hasta la paz.
16 de octubre. 25 Vendimiario. Victoria de Wattignies. Ejecución de María Antonieta.
30 de octubre. 10 Brumario. Ejecución de los girondinos.
10 de noviembre. 20 Brumario. Fiesta de la Libertad y de la Razón en la Catedral de
Notre-Dame de París.
21 de noviembre. 1 Frimario. Robespierre denuncia la campaña de
descristianización.
12 de diciembre. 22 Frimario. Los vadeanos son aniquilados en la batalla de Le Mans.
19 de diciembre. 29 Frimario. Reconquista de Tolón.
1794
(A partir del 22 de septiembre: Año III de la
Revolución.)
4 de febrero.16 Nivoso. Abolición de la esclavitud en las
colonias
francesas.
13 de marzo. 23 Ventoso. Arresto, y luego proceso y ejecución de los
hebertistas (4 Germinal).
27 de marzo. 7 Germinal. Licenciamiento del ejército revolucionario.
Primeros dias de abril. 10-16 Germinal. Arresto, proceso y ejecución de los partidarios de
Danton.
2 de abril. 13 Germinal. Sustitución de los ministros por las comisiones.
11 de mayo. 22 Floreal. Institución del Gran Libro de la Beneficencia
Nacional.
4 de junio. 16 Pradial. Se elige presidente de la Convención a Robespierre.
8 de junio. 20 Pradial. Fiesta del Ser Supremo.
10 de junio. 22 Pradial. Reforma del Tribunal Revolucionario. Comienzo del
Gran Terror.
26 de junio. 8 Mesidor. Victoria de Fleurus contra los austríacos.
27 de julio. 9 Termidor. Golpe de Estado del 9 Termidor: caída de los
robespierristas.
24 de agosto. 7 Fructidor. Reorganización del gobierno en 16 comités.
18 de setiembre 2º día compl. La República ya no financia ningún culto.
30 de octubre. 9
Brumario. Creación de la Escuela
Normal.
12 de noviembre. 22 Brumario. Clausura del Club de los Jacobinos.
24 de diciembre. 4 Nivoso. Abolición del maximum.
1795
(A partir del 22 de septiembre: Año IV de
la Revolución.)
Enero. Pluvioso. Ocupación de Holanda.
17 de febrero. 29 Pluvioso. Acuerdos de La Jaunaye entre Hoche y los vendeanos.
21 de febrero. 3 Ventoso. Declaración de la libertad de culto. Primera
separación entre el Estado y la
Iglesia.
1 de abril. 12-13 Germinal. Insurrecciones populares en París y en las provincias.
5 de abril 16 Germinal. Paz de Basilea entre Francia y Prusia.
Mayo-junio Floreal-Pradial. El Terror Blanco; masacre de jacobinos en Lyon y
Marsella.
20-25 de mayo. 1-4 Pradial. Jornadas de insurrección en París.
23-27 de junio.5-9 Mesidor. Desembarco de emigrados en Quiberon.
22 de agosto. 5 Fructidor. La Convención adopta el texto de la Constitución del
año III.
1 de octubre. 9 Vendimiario. Anexión de Bélgica.
5 de octubre 13 Vendimiario. Insurrección realista contra la Convención.
26 de octubre. 4
Brumario. Amnistía a los emigrados.
31 de octubre. 9 Brumario. Elección del Directorio ejecutivo.
1796
(A partir del 22 de septiembre: Año V de la
Revolución.)
19 de febrero. 30 Pluvioso. Fin de los asignados y su reemplazo por los mandatos
territoriales.
2 de marzo.12 Ventoso. Bonaparte general en jefe del ejército de Italia.
30 de marzo. 10 Germinal. Formación del Comité Insurreccional de la
conspiración de los Iguales.
Marzo- abril. Germinal. Victorias de Bonaparte en Italia: Montenotte,
Millesimo, Mondovi...
10 de mayo. 21 Floreal. Arresto de Babeuf y de sus seguidores.
9 de setiembre. 23 Fructidor. Insurrección fallida del campo de Grenelle.
16 de octubre. 25 Vendimiario. Proclamación de la República Cispadana.
1797
(A partir del 22 de septiembre: Año VI de
la Revolución.)
14 de enero. 25 Nivoso. Victoria de Rivoli.
15 de enero. 26 Nivoso. Comienzo del culto teofilantrópico.
19 de febrero. 1º Ventoso. Tratado de Tolentino, firmado con el Papa.
Marzo. Germinal. Elecciones del cuerpo legislativo.
18 de abril. 29 Germinal. Preliminares de la paz de Léoben.
20 de abril 1º Floreal. Ofensiva francesa en el Rin.
27 de mayo. 8 Pradial. Ejecución de Babeuf y de sus seguidores al terminar
el proceso de Vendóme.
4 de setiembre. 18 Fructidor. Golpe de Estado antimonárquico.
30 de setiembre. 9 Vendimiario. Bancarrota de los dos tercios de la deuda pública.
17 de octubre. 26 Vendimiario. Paz de Campoformio.
1798
(A partir del 22 de septiembre: Año VII de la
Revolución.)
15 de febrero.27 Pluvioso. Fundación de la República Romana.
Abril-mayo. Germinal-Floreal. Elecciones seguidas de la invalidación en masa de los
candidatos electos por la izquierda.
Julio. Mesidor-Termidor. Desembarco de
Bonaparte en Egipto. Victoria de Las Pirámides.
5 de setiembre. 19 Fructidor. Ley sobre el décadi y los días festivos.
1799
(A partir del 22 de septiembre: Año VIII de la
Revolución.)
Marzo. Ventoso. Toma de Jaffa y
sitio de San Juan de Acra, en Siria.
Marzo-abril. Germinal. Derrotas francesas en Alemania (Stockach) y en Italia.
Elecciones del cuerpo legislativo.
16-18 de junio. 28-30 Pradial. Los consejos vuelven a tomar el control del
Directorio: giro a la izquierda. 19 de junio 1º Mesidor. Fundación del Club de Jacobinos del Manège.
Julio-agosto .Termidor. Victoria de Abu-Qir en Egipto. Reveses en Italia
(Trebia).
15 de agosto. 28 Termidor. Bonaparte abandona Egipto.
25-27 de setiembre. 3-5 Vendimiario. Victoria de ios franceses sobre los austro-rusos en
Zurich.
9 de octubre. 17 Vendimiario. Bonaparte desembarca en Fréjus.
9 de noviembre.18 Brumario. Golpe de Estado contra el Directorio y el Consejo.
DOCUMENTOS.
Los cuadernos de queja
Cuadernos de la nobleza de Montargis
"Nosotros declaramos que
nunca consentiremos que se extingan los derechos que han caracterizado hasta
hoy el orden nobiliario y que hemos recibido de nuestros antepasados(…).
Recomendamos a nuestros diputados que se opongan a todo cuanto pueda atentar
contra las propiedades útiles y honoríficas de nuestras tierras (…)"
Quejas de las
lavanderas de Marsella
"Los sentimientos
patrióticos son la divisa de todos; la clase más baja de los ciudadanos, en la
que nos encontramos, no está menos entusiasmada por la dicha esperada que los
sujetos más opulentos (…)
Si bien no tenemos capacidad
para manifestar nuestros sentimientos de reconocimiento por medio de escritos,
tenemos la de expresarlos por medio de aclamaciones.
Pero, ¿qué caritativo ciudadano
nos prestará su pluma para darnos a conocer, qué protector nos otorgará su
mediación para hacer llegar hasta los pies del Trono nuestras justas quejas?
Nosotras estamos con todas las que se han manifestado. ¿Podría alguien estar
menos atento a nuestras justas quejas que a las de tantos otros sujetos? Un
único tema interesa a nuestra profesión y todo el mundo ha omitido hablar de
él.
Debemos quejamos de la
fabricación del jabón blanco: de los malhechores que lo adulteran aumentándolo
de peso; de las almas interesadas que franquean todos los límites de la
humanidad y que no temen fundar su fortuna sobre la más pura sangre de la más
baja población."
Peticiones
del Tercer Estado
"El plan de este escrito es muy simple. Nos
planteamos tres preguntas:
1 ~ ¿Qué es el Estado llano? Todo.
2~ ¿Qué ha sido hasta el presente en el orden político?
Nada.
3~ ¿Qué pide? Llegar a ser algo.
¿Quién osaría decir que el Estado llano no contiene en
sí todo lo necesario para formar una nación completa? Es un hombre fuerte y
robusto que tiene aún un brazo encadenado. Si se hiciera desaparecer el orden
privilegiado, la nación no sería menos, sino más. Y ¿qué es el Estado llano?
Todo, pero un todo trabado y oprimido ¿Y qué sería sin el orden privilegiado?
Todo, pero un todo libre y floreciente. Nada puede funcionar sin él, todo
andaría infinitamente mejor sin los demás. No basta haber mostrado que los
privilegios, lejos de ser útiles a la nación, no pueden sino debilitarla y
dañarla. Es menester probar aún que el orden noble no entra en la organización
social; que puede ciertamente ser una carga para la nación, pero que no sabría
formar parte de ella. En primer lugar no es posible, entre el número de todas
las partes elementales de una nación, hallar lugar para situar la casta de los
nobles. Bien sé que hay individuos en gran número cuyas enfermedades, su
incapacidad, una pereza incurable, o el torrente de malas costumbres, les hacen
ajenos para los trabajos de la sociedad. La excepción y el abuso están por
doquier junto a la regla y sobre todo en un vasto imperio. Pero tendremos que
convenir en que mientras menos abusos existan de este tipo, tanto más ordenado
estará el Estado. El peor ordenado de todos sería aquel en que no solamente
unos particulares aislados, sino toda una clase entera de ciudadanos tendrían
como timbre de gloria el permanecer inmóviles en medio del movimiento general,
y consumiendo la parte mejor del producto, sin haber contribuido en nada a su
creación. Una clase así es seguramente ajena a la nación por su ociosidad.
El orden noble no es menos ajeno entre nosotros, por sus
prerrogativas civiles y públicas.
¿Qué es una nación? Un cuerpo de asociados que viven
bajo una ley común y representados por la misma legislatura.
¿No es evidente que la nobleza tiene privilegios,
dispensas, incluso derechos separados de los del gran cuerpo de ciudadanos? Por
esto mismo sale de la ley común, y por ello sus derechos civiles lo constituyen
en pueblo aparte dentro de la gran nación. Verdaderamente es un imperium in
imperio.
Respecto a sus derechos políticos, también los ejerce
separadamente. Tiene sus representantes que no están encargados en absoluto por
procuración de los pueblos. El cuerpo
de sus diputados se reúne aparte. Pero aun cuando se reuniera en una misma sala
con los diputados de los simples ciudadanos, no es menos verdad que su
representación es distinta por esencia y separada. Es ajena a la nación por
principio, puesto que su misión no emana del pueblo, y por su objeto, puesto
que consiste en defender no el interés general, sino el particular.
El Estado llano abarca todo lo que pertenece a la nación
y todo lo que no es el Estado llano no puede contemplarse como representante de
la nación.
¿Qué es el Estado llano? Todo."SIEYÉ5, E.-J. (Abad), ¿Qué es el Estado llano?, 1789.
Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, 1789
"Los representantes del
pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la
ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas
causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han
resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales,
inalienables y sagrados del hombre, para que esta declaración constantemente
presente a todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus
derechos y sus deberes; para que los actos del poder legislativo y los del
poder ejecutivo, pudiendo en cada instante ser comparados con el objeto de toda
institución política, sean más respetados; para que las reclamaciones de los
ciudadanos, fundadas desde ahora sobre principios simples e incontestables,
redunden siempre en el mantenimiento de la Constitución y en la felicidad de
todos. En consecuencia la Asamblea Nacional reconoce y declara, en presencia y
bajo los auspicios del Ser supremo, los siguientes derechos del hombre y del
ciudadano:
Art. 1. Los hombres nacen y
permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales no pueden
fundarse más que sobre la utilidad común.
Art. 2. El objeto de toda
asociación política es la conservación de los derechos naturales e
imprescindibles del hombre. Estos derechos son la libertad, la propiedad, la
seguridad y la resistencia a la opresión.
Art. 3. El principio de toda soberanía reside
esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo ni individuo puede ejercer autoridad
que no emane expresamente de ella.
Art. 4. La libertad consiste en poder hacer todo aquello
que no dañe a un tercero; por tanto el ejercicio de los derechos naturales de
cada hombre no tiene otros límites que los que aseguren a los demás miembros de
la sociedad el disfrute de estos mismos derechos. Estos límites no pueden ser
determinados más que por la ley.
Art. 5. La ley no tiene derecho de prohibir más que las
acciones nocivas a la sociedad. Todo lo que no está prohibido por la ley, no
puede ser impedido, y nadie puede ser obligado a hacer lo que ella no ordena.
Art. 6. La ley es la expresión de la voluntad general.
Todos los ciudadanos tienen derecho a contribuir personalmente, o por medio de
sus representantes, a su formación. La ley debe ser idéntica para todos, tanto
para proteger como para castigar. Siendo todos los ciudadanos iguales ante sus
ojos, son igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos
públicos, según su capacidad y sin otra distinción que la de sus virtudes y
talentos.
Art. 7. Ningún hombre puede ser acusado, arrestado ni
detenido, si no es en los casos determinados por la ley, y según las formas por
ella prescritas. Los que solicitan, expiden, ejecutan o hacen ejecutar órdenes
arbitrarias, deben ser castigados, pero todo ciudadano llamado o designado en
virtud de la ley, debe obedecer en el acto: su resistencia le hace culpable.
Art. 8. La ley no debe establecer más que penas estricta
y evidentemente necesarias, y nadie puede ser castigado más que en virtud de
una ley establecida y promulgada con anterioridad al delito, y legalmente
aplicada.
Art. 9. Todo hombre ha de ser tenido por inocente hasta
que haya sido declarado culpable, y si se juzga indispensable detenerle, todo
rigor que no fuere necesario para asegurarse de su persona debe ser severamente
reprimido por la ley.
Art. 10. Nadie debe ser molestado por sus opiniones,
incluso religiosas, con tal de que su manifestación no altere el orden público
establecido por la ley.
Art. 11. La libre comunicación de los pensamientos y de
las opiniones es uno de los más preciosos derechos del hombre. Todo ciudadano
puede pues hablar, escribir, imprimir libremente, salvo la obligación de
responder del abuso de esta libertad en los casos determinados por la ley.
Art. 12. La garantía de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano necesita de una fuerza pública; esta fuerza queda instituida para el
bien común y no para utilidad particular de aquellos a quienes está confiada.
Art. 13. Para el mantenimiento de la fuerza pública y
para los gastos de administración, es indispensable una contribución común.
Esta contribución debe ser repartida por igual entre todos los ciudadanos, en
razón de sus facultades.
Art. 14. Todos los ciudadanos tienen el derecho de
comprobar por sí mismos o por sus representantes la necesidad de la
contribución publica, de consentirla libremente, de vigilar su empleo y de
determinar su cuantía, su asiento, cobro y duración.
Art. 15. La sociedad tiene el derecho de pedir cuentas a
todo agente público, de su administración.
Art. 16. Toda sociedad en la que la garantía de los
derechos no está asegurada, ni la separación de poderes determinada, no tiene
Constitución.
Art. 17. Siendo la propiedad un derecho inviolable y
sagrado, nadie puede ser privado de ella, si no es en los casos en que la
necesidad pública, legalmente comprobada, lo exija evidentemente y bajo la
condición de una indemnización justa y previa."
Necesidad de fijar la revolución
"Todo
cambio de la constitución es fatal, toda prolongación de la revolución es
desastrosa... Me planteo en este punto la verdadera pregunta: ¿Vamos a terminar
la revolución o vamos a reiniciarla? (Aplausos en todas las partes de la
sala). Pero si desafían ustedes una vez a la constitución, ¿cuál será el punto
en que se detengan? ¿Qué dejarán ustedes a sus sucesores? ¿Qué harán esto? He
dicho que no temía a los extranjeros, pero temo las agitaciones de una crisis
que no tendría límites. No pueden hacernos ningún daño desde el exterior, pero
pueden hacernos gran daño desde el interior, al perpetuar este movimiento
revolucionario que ha destruido todo lo que podía destruirse, y que no
terminará más que por un acercamiento común y apacible de todo aquello que
compone la nadan.
Ustedes han reivindicado la igualdad de todos los
hombres frente a la ley; han consagrado la igualdad civil y política; han
retomado para el Estado todo aquello que se le había quitado, a la soberanía
del pueblo; un paso más seria un acto funesto y culpable, un paso más en la dirección
de la libertad seria la destrucción de la realeza; y en la dirección de la
libertad seria la destrucción de la propiedad. Si se quisiera aún destruir,
cuando todo lo que había que destruir ya no existe; si se creyera no haber
hecho todo por la igualdad, cuando se ha asegurado la igualdad de todos los
hombres, ¿se encontraría acaso una aristocracia que aniquilar, si no es la de
la propiedad? Se ha arrastrado a algunos hombres de gabinete, algunos hombres
sabios en geometría (y que no muestran el mismo conocimiento científico en
política), se les ha arrastrado por abstracciones, pero no se puede arrastrar
al pueblo más que por realidades. La noche del 4 de agosto ha dado más fuerza a
la revolución que las grandes máximas de la filosofía y de la razón que
constituyen la base de vuestros decretos más sublimes; ahora bien, ¿qué noche
del 4 de agosto queda por hacer? Entonces, es cierto que es tiempo de terminar
la revolución; que si debió comenzarse y sostenerse por la gloria y la
felicidad de la nación, debe detenerse cuando está concluida; y que, en el
momento en que la nación es libre, en que todos los franceses son iguales,
querer más es querer comenzar a dejar de ser libres y hacerse culpable. (La
sala resuena durante varios minutos con aplausos unánimes y reiterados.) Hoy
día todo mundo sabe que todos tienen interés en terminar la revolución.
Aquellos que han perdido saben que es imposible hacerla retroceder; aquellos
que la han hecho saben que está concluida y que, para su gloria, hace falta
fijarla."Barnave(15 de julio de 1791)
Opiniones sobre la guerra
"¡Que imbéciles son! No se
dan cuenta de que nos están sirviendo."Frase de la reina MARÍA
ANTONIETA, pronunciada el 14 de diciembre de 1792.
"Gracias a la fuerza de
la razón y de los hechos he llegado a la convicción de que un pueblo que ha
conquistado la libertad después de seis siglos de esclavitud necesita una
guerra. Necesitamos una guerra para consolidar la libertad y limpiar la
Constitución de cualquier rastro de despotismo para hacer desaparecer de entre
nosotros los hombres que la podrían estropear (…) Los emigrados continúan
intentando rebelarse, los soberanos extranjeros continúan ayudándoles(…)
Ellos tienen fe en el ejército
de Coblenza; es de allí de donde procede su confianza. ¿Queréis hundir la
aristocracia? iHundid Coblenza!"Discurso de BRISSOT a los
girondinos, 12 de noviembre de 1791.
"La idea más extravagante que haya podido salir de
la mente de un político es la de creer que basta con entrar en una nación
extranjera con las armas para hacerle adoptar nuestras leyes y nuestra
constitución(…). Antes que los efectos de nuestra Revolución se dejen sentir en
los pueblos extranjeros, es necesario que esté bien consolidada (…)Poned orden
en las finanzas, parad la depredación, armad al pueblo y las guardias
nacionales,(…) haced todo lo que nos haga invencibles frente a nuestros
enemigos. (…) Habéis dicho que el foco principal de nuestro mal está en
Coblenza, pero no: creed que está en París. Aprended de una vez que la
verdadera Coblenza está en Francia (…)."Discurso de ROBESPIERRE a
los jacobinos, 2 de enero de 1792.
El proceso de Luis
XVI. Actitud de los girondinos
"Llegamos al momento fatal
del juicio del presente rey. ¿Es culpable? Ninguna persona de buena fe lo duda.
Yo soy uno de los que le atacaron con más fuerza cuando estaba en el trono y se
tenía el valor de hacerlo, entonces yo hubiese sido el primero en honrar al
Brutus que hubiera librado a su patria de un tirano. Pero hoy este tirano está
tras las rejas y desde ese momento bajo la salvaguarda de la ley.
No entraré aquí en la discusión
de si corresponde efectivamente a la Convención Nacional decretar su arresto
(…)después de haber puesto en evidencia todos sus crímenes, y haber tomado
todas las precauciones de salvación pública, que hacerle perecer sobre una
parrilla como a Ch. Stuard. Me limitaré a poner en evidencia los medios que la
perfidia emplea, para que los miembros de la Convención, obligados a juzgarle
por un decreto, sean igualmente víctimas en caso de pronunciar o no pronunciar
tal decreto.
(…) Europa entera tiene los ojos
puestos en este juicio memorable al cual está unido, no hay que disimularlo, el
destino de este imperio, golpeado por cuatro años de tempestades, y que se
encuentra hoy entre el precipicio de la anarquía y el puerto, sembrado de
escollos, que conduce a la paz y la felicidad pública".Courier des Départements, 26 de noviembre de 1792.
El
proceso de Luis XVI. Las convicciones de Robespierre
"Se teme que el castigo del
último de nuestros reyes produzca una sensación irritante en los países
extranjeros (…)
Los reyes son los más soberbios
de los mortales; son pues los más viles en cuanto oigan retumbar la tormenta de
la colera del pueblo, temblarán en el fondo de sus palacios; en cuanto
tiemblen, ya dejan de existir, yo sé que para prevenir este golpe intentarán
sembrar en medio de vosotros la confusión y la discordia; que derramarán el oro
a manos llenas y que ensayarán todos los medios de seducción. Pero ahí se
acabarán todas sus fuerzas y es ese el único peligro que habréis de prevenir.
Antaño hicieron las mismas tentativas para salvar a Carlos 1. (…) La Asamblea
ha sido arrastrada, sin saberlo, lejos de la verdadera cuestión. No hay aquí
ningún proceso que hacer. Luis no es en absoluto un acusado. Vosotros no sois
en absoluto sus jueces. No sois, no podéis ser más que hombres de Estado y
representantes de la Nación. No tenéis ninguna sentencia que dictar a favor o
en contra de un hombre sino una medida de salvación pública que tomar, un acto
de providencia nacional que ejercer. Un rey destronado, en la República, no
sirve más que para dos cosas, o confundir la tranquilidad del Estado y
destrozar la libertad, o reforzar una y otra a la vez.(…) Por lo tanto,
presentar al universo su crimen como problema, su causa como el objeto de la
discusión más importante, más religiosa, más difícil que puede ocupar a los
representantes del pueblo francés; establecer una distancia inconmensurable
entre el único recuerdo de lo que él fue y la dignidad de un ciudadano, es
precisamente haber encontrado el secreto de volverle todavía peligroso para la
libertad."Cartas
de Robespierre a sus compañeros de Comité.
El
problema de las subsistencias
"Existe en París un buitre
secreto. ¿Qué hacen ahora tantos hombres que vivían con hábitos de rico? La
miseria ha hecho nacer la Revolución; la miseria puede destruirla. Se trata de
saber si una multitud que vivía hace muy poco tiempo de las superfluidades, del
lujo, de los vicios de otra clase, puede vivir de la simple correlación de sus
necesidades particulares.
(…)La desproporción del papel
moneda ha destruido el comercio y la economía bajo estas primeras relaciones;
la naturaleza de este papel moneda ha provocado la carestía de granos.
En
ocasiones anteriores, la moneda era menos abundante; una buena parte de ella
estaba atesorada, lo que incluso, hacía bajar el precio de las cosas. En un
determinado número de años veíamos, en medio de una misma abundancia, variar
los precios de los artículos de consumo: era debido a que, en dicho período de tiempo,
por determinadas razones, la moneda atesorada salía de las cajas y volvía a la
circulación en una cantidad más o menos grande. En la actualidad ya no se
atesora. No tenemos oro. Y este es necesario en un Estado; por el contrario, se
acumulan o se retienen los objetos de consumo y el papel moneda se desvaloriza
cada vez más. La carestía de granos proviene de ello. El campesino, que no
quiere aumentar su tesoro mediante el papel, vende sus granos con desconfianza.
En cualquier otro comercio es necesario vender para vivir de los provechos de
la venta. El campesino, por el contrario, no compra nada; sus necesidades no
están en el comercio. Esta clase tiene la costumbre de atesorar, cada año, en
especies, una parte del producto de la tierra; en la actualidad, prefiere
conservar sus granos en lugar de acumular papel. De ello resulta que la moneda
del Estado no puede medirse con la parte más considerable de los productos de
la tierra, que están escondidos porque el campesino no tiene necesidad de
ellos, y no pone a la venta más que la porción de productos necesarios para sus
arrendamientos.
Hay quien se queja del lujo de
los campesinos. No voy a decidir si el lujo es bueno en sí mismo; si nosotros
fuéramos tan felices para que el campesino gustara del lujo, sería necesario
que este vendiera su trigo para comprar las superfluidades.(…) Será necesario
el lujo en vuestra República, o determinadas leyes violentas contra el
campesino, que acabarán por perder a la República. (…) Todo el mundo quiere
mucho de la República; nadie quiere ni pobreza ni virtud. La libertad hace la
guerra a la moral, por así decirlo, y quiere reinar a pesar de esta última.
Es necesario, pues, que el
legislador actúe de tal manera que el campesino gaste o no sienta repugnancia
en acumular papel (…) Es necesario, por último, equilibrar la moneda, los
productos, las necesidades: he aquí el secreto de la administración económica.
Por consiguiente, considerad, os lo ruego, si los
productos, las necesidades y la moneda están proporcionados en la República.
Los productos están escondidos; las necesidades han nacido con la tiranía; la
moneda se ha cuadruplicado positiva y relativamente. A duras penas se consigue
arrancar los productos de las manos avaras que los almacenan. Estos son los
vicios de carácter público que tendremos que vencer para llegar al Estado
republicano; ya que nadie tiene entrañas y la patria llena de monstruos y de
desalmados."Discurso
de Saint-Just, 29 de noviembre de 1792.
Declaración de los derechos del
año I
"Art. 18.- Todo hombre puede comprometer sus
servicios, su tiempo, pero no puede venderse, ni ser vendido: su persona no es
una propiedad alienable(...) No puede existir más que un compromiso de
atenciones y de reconocimiento entre el hombre que trabaja y el que le emplea
Art. 21. -La sociedad debe la subsistencia a los
ciudadanos desgraciados, sea procurándoles trabajo, sea garantizando los
medios de existencia a los que no se encuentran en condición de trabajar.
Art. 22- La instrucción es una necesidad para todos.
La sociedad debe favorecer con todo su poder los progresos de la razón pública
y poner la instrucción al alcance de todos los ciudadanos...
Art. 27. -Que todo individuo que usurpe la soberanía
sea al instante ejecutado por los hombres libres.
Art. 30.-Las funciones públicas son esencialmente
temporales: no pueden ser consideradas como unas distinciones, ni como unas
recompensas, sino como unos deberes.
Art. 35. -Cuando el gobierno viola los derechos del
pueblo, la insurrección se convierte para el pueblo y para cada porción del
pueblo en el más sagrado de los derechos y en el más indispensable de los
deberes."
16- ¿Qué nuevos derechos y obligaciones aparecen?
El gobierno revolucionario
"La Convención Nacional,
después de haber escuchado el informe de su Comité legislativo, decreta lo que
sigue:
TÍTULO 1. 1. Se establecerá en
París un tribunal criminal extraordinario que entenderá en todos los asuntos
contrarrevolucionarios (…)
TÍTULO II. 2. Los bienes de los
que sean condenados a la pena de muerte serán incautados por la República (…)
La Convención Nacional, después
de haber escuchado el informe de su Comité de Salud Pública, decreta:
1. Desde este momento y hasta que los enemigos hayan sido
expulsados del territorio de la República, todos los franceses están a disposición
permanente para el servicio en el ejército.
2. La leva será general, los ciudadanos solteros o viudos sin
hijos de 18 a 20 años, marcharán los primeros.
El gobierno provisional de
Francia será revolucionario hasta la paz. El Comité ejecutivo provisional, los
ministros, los generales, los cuerpos constituidos serán puestos bajo la
supervisión del Comité de Salud Pública, que rendirá cuentas cada ocho días a
la Convención."
Petición de la sección
parisiense de los sans-culottes a la Convención (2 de septiembre de 1793)
"La Asamblea general de la
sección sans-culottes considerando que para todos los ciudadanos existe el
deber de poner y proponer las medidas que les parezcan más adecuadas para hacer
renacer la abundancia y la tranquilidad pública, acuerda pedir a la Convención
que decrete:
1º Que los anteriormente
llamados nobles no puedan ejercer ninguna función militar, ni ocupar ningún
empleo público sea cualquiera su naturaleza; que los antiguos parlamentarios,
los financieros y los sacerdotes sean destituidos de todas sus funciones
administrativas o judiciales.
2º Que todos los precios de los
artículos de primera necesidad sean fijados de acuerdo con los de los años
llamados antiguos, comprendidos los de 1789 y 1790 proporcionalmente a sus
diferentes cualidades.
3º Que los precios de las
materias primas sean fijados también de manera que los beneficios de la
industria, los salarios del trabajo y las ganancias del comercio que estarán
reguladas por la ley, permitan al hombre industrioso, al cultivador, al
comerciante, el procurarse no sólo las cosas indispensables y necesarias a la
conservación de su existencia, sino también todo aquello que pueda ayudar a su
goce.
4º Que los agricultores que por
cualquier accidente hayan perdido la cosecha sean indemnizados por el erario
público.
5º Que se conceda a cada
Departamento una suma suficiente para que los precios de los artículos de
primera necesidad sean los mismos para todos los individuos que integran la
República francesa.
6º Que las sumas concedidas a los
Departamentos han de ser empleadas en hacer desaparecer las diferencias en los
precios de los géneros de primera necesidad, motivadas por los transportes, en
toda la extensión de la República francesa, la cual debe procurar a cada uno de
sus hijos las mismas ventajas.
7º Que los arriendos sean
anulados y vueltos al mismo precio en que estaban durante los años comunes que
vosotros escogeréis para fijar invariablemente el precio máximo de los
artículos y géneros de primera necesidad.
8º Que sea fijado un máximo a
las fortunas.
9º Que cada individuo sólo pueda
poseer un máxima
10º Que nadie pueda tener
alquiladas más tierras que las que son necesarias para una cantidad determinada
de aperos de labor.
11º Que un mismo ciudadano no
pueda tener sino un solo taller, una sola tienda.
12º Que todos aquellos que
tienen mercancías o tierras a su nombre sean reconocidos como sus
propietarios.La sección de los sans-culottes piensa que estas medidas llevarían
a la abundancia y tranquilidad, harían desaparecer poco a poco la demasiada
gran desigualdad de las fortunas, y acrecentarían el número de los
propietarios.
Saint-Just llama a la
constitución de un gobierno revolucionario)
"(...) las leyes son
revolucionarias; quienes las ejecutan no lo son. Es tiempo de anunciar una
verdad que de ahora en adelante no debe salir de las ideas de aquellos que
gobiernan: La república no será fundada más que cuando la voluntad del
soberano comprima la minoría monárquica y reine sobre ella por derecho de
conquista.
Ya no deben ustedes tratar con
miramiento a los enemigos del nuevo orden de cosas, y la libertad debe vencer,
al precio que sea.
No es de esperarse que ocurra
prosperidad alguna en tanto que respire el último enemigo de la libertad. Tienen
ustedes que castigar no sólo a los traidores, sino también a los mismos
indiferentes. Tienen ustedes que castigar
a todo aquel que sea pasivo en la república, y que no haga nada por ella.
Porque desde que el pueblo francés ha manifestado su voluntad, todo lo que se
le opone está fuera del soberano; lo que está fuera del soberano es el enemigo.
Si las conjuras no hubieran
inquietado a este imperio, si la patria no hubiera sido mil veces víctima de
leyes indulgentes, sería placentero regir por medio de máximas de paz y de
justicia natural; estas máximas son adecuadas entre los amigos de la libertad;
pero entre el pueblo y sus enemigos no hay nada en común más que la espada. Hay
que gobernar con el hierro a aquellos que no se puede gobernar por la justicia;
hay que oprimir a los tiranos. Han tenido ustedes energía; pero ésta le ha
faltado a la administración pública. Han deseado ustedes la economía; la
contabilidad no ha secundado vuestros esfuerzos. Todo el mundo ha robado al
Estado. Los generales han hecho la guerra contra su ejército; los poseedores de
la producción y de las mercancías, todos los vicios de la anarquía, se han
ligado contra el pueblo y contra ustedes.
Todo pueblo no tiene más que un
solo enemigo peligroso, y es su propio gobierno; el suyo les hace a ustedes
constantemente la guerra con impunidad.
Es imposible que las leyes
revolucionarias sean ejecutadas si el gobierno mismo no está constituido en
sentido revolucionario.
No pueden esperar ustedes que
haya prosperidad si no establecen un gobierno que, benévolo y moderado hacia el
pueblo, sea terrible consigo mismo por la energía de sus informes; este
gobierno debe pesar sobre sí mismo y no sobre el pueblo. Toda injusticia hacia
los ciudadanos, toda traición, todo acto de indiferencia hacia la patria, toda
molicie debe reprimiese soberanamente.
Hay que precisar los deberes, hay que poner en todo sitio
la espada contra el abuso, de forma que todo sea libre en la república, excepto
aquellos que conjuran contra ella y que gobiernan mal.(. ..)Deben ustedes
disminuir en todo sitio el número de los agentes, con el fin de que los jefes
trabajen y piense" Informe hecho a nombre del Comité de Salvación
Pública (10 de octubre de 1793
El Terror Blanco
"Por todos los lugares el mismo espectáculo:
compañías de asesinos regularmente organizados, quienes, con gran gozo,
degüellan a sus prisioneros mientras la población se hace la sorda ante los
gritos de las víctimas. Los degolladores realizan su obra sin prisas, pero con
seguridad (…). Las autoridades no aparecen hasta que todo ha terminado y no
queda nadie a quien salvar (…) Saborean la victoria lentamente; es por esto por
lo que las carnicerías de la reacción se distinguen mejor que las de los
revolucionarios (…) En el campo no se puede degollar en masa, pero se hace
aisladamente, según la oportunidad.
Estas matanzas ejecutadas por los jacobinos blancos
prueban que quien practica el terror debe estar seguro de poder hacerlo
siempre. Otra característica del terror blanco, la frivolidad, lo aproxima a la
ferocidad; se mataba con atención o con elegancia, o lujo, como si se fuera a
una partida de caza.
(…)¿Cuál fue el número de víctimas de la reacción?
Nunca se sabrá(…) no existe ningún medio de constatar la verdad.
(…)La
barbarie no sólo era el saqueo de pueblos, propiedades y muertes de personas,
había otra peor(...) cuando las gentes honestas aprobaban las rapiñas y los
asesinatos, porque creían encontrar la seguridad o el placer en la venganza;
aquí está la verdadera barbarie, porque representa la extirpación total de la
conciencia del género humano" QUINET, E., La Révolution, París. 1895.
El Manifiesto de los Iguales
"Desde tiempos inmemoriales se nos repite con
hipocresía que los hombres son iguales 1...]. La igualdad no fue otra cosa que
una bella y estéril ficción de la ley. Hoy, cuando es reclamada con voz más
potente, se nos responde: ¡Callad, miserables! La igualdad de hecho no es más
que una quimera, contentaos con la igualdad condicional.
Vosotros sois iguales ante la ley. Canalla. ¿Qué más
te falta? Legisladores, gobernantes, ricos propietarios, escuchad ahora
vosotros.
Somos todos iguales, ¿no es así? Este principio es
indiscutible (…)Y bien, nosotros pretendemos desde ahora vivir y morir iguales
de la misma manera que hemos nacido: queremos la igualdad real o la muerte.
Esto es lo que nos falla.
La Revolución Francesa no es más que el precedente de
otra mayor, mucho más solemne y que será la última. El pueblo ha pisoteado el
cuerpo de los reyes y los curas coaligados contra él: hará lo mismo con los
nuevos tiranos, los nuevos tartufos políticos aferrados a los mismos puestos
que los antiguos (…)
Necesitamos no sólo esta igualdad transcrita en la
Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano; la queremos entre todos
nosotros, bajo el techo de nuestras casas. Todo lo admitimos por ella (…)
La ley agraria o el reparto de tierras fue el deseo
instantáneo de algunos soldados sin principios, de algunos pueblos movidos más
por su instinto que por la razón. Nosotros tendemos a algo más sublime y más
equitativo:
¡El bien común o la comunidad de bienes! (…)
Declaramos no poder soportar por más tiempo que la
mayoría de los hombres trabaje al servicio y para el placer de un ínfima
minoría.
(…) Ha llegado la hora de fundar la República de los
Iguales.
(…)La organización de la igualdad real, la única que
responde a todas las necesidades, sin provocar víctimas, sin costar
sacrificios, quizá no complazca al principio a todo el mundo. El egoísta, el
ambicioso se encolerizarán. Aquellos que poseen injustamente protestarán contra
la injusticia. Los privilegios exclusivos, los disfrutes individuales, las
condiciones personales provocarán vivas quejas (…)
La igualdad de hecho es la única que puede convertirse
y satisfacer todos tus deseos. Las constituciones de 1791 y 1795 apretaban tus
cadenas en vez de romperlas (…)
Abre los ojos y el corazón a la plenitud de la
felicidad: reconoce y proclama con nosotros la República de los Iguales."Le Peuple Français, París. (Babeuf, 30 de noviembre de
1795)
BIBLOGRAFÍA UTILIZADA
BERGERON, L.-FURET, F.-KOSELLECK, R.,"La época de
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.
Se habían formado para elegir
diputados a los Estados Generales en 1789, pero no se disolvieron y sus
sesiones fueron declaradas permanentes. Los ciudadanos pasivos pudieron
ingresar en ellas.