sábado, 22 de junio de 2013

La baja edad media (siglo XI-XV)



La baja edad media (siglo XI-XV)
Prof. Líber Romero *

Alrededor del siglo XI se realizan cambios a nivel productivo que modican la geografía humana europea (arado de punta de metal y vertedera, cultivo trienal, molinos de agua y mejora de la tracción animal con el arnés al pecho). La ciudades crecen en población e importancia comercial logrando en algunos sitios un estatuto propio (es el caso de la ciudades italianas). Este florecimiento económico va unido con el desarrollo de una cultura citadina que alcanza su máxima expresión en la creación de las universidades. La sociedad medieval se va complejizando con la aparición de un nuevo sector social: los burgueses.
En el siglo XI Aldalberón. Obispo de Laon,  expone que  “(...) la ciudad de Dios, que se cree una sola, está dividida en tres órdenes: algunos ruegan, otros combaten y otros trabajan. Estos tres órdenes viven juntos y no soportarían una separación. Los servicios de uno de ellos permiten los trabajos de los otros dos. Cada uno, alternativamente, presta su apoyo a todos”. Así se fundamentaba el papel del clero en la nueva sociedad feudal dividida en  tres órdenes o estados; en el plano de las creencias  esta división tripartita se verá reflejada con la aparición del purgatorio.
En el ámbito político los siglos XI -XIII ven el enfrentamiento entre el papa y el emperador en torno a la supremacía del uno sobre el otro. La discusión (la disputa de las dos espadas), se centra en que el poder religioso es superior al poder secular. El papa revestiría la “auctoritas” (el poder máximo) que delegaría la “potestas” (poder político, legislativo, administrativo); para el emperador el problema es tener dentro de su territorio a una institución autónoma gobernada por un “otro” externo. El conflicto se desarrolla en el ámbito teórico, político, diplomático y militar.

Las cruzadas y la influencia sobre la historiografía.

El desarrollo de las Cruzadas (1096-1270), esa gran empresa militar y religiosa, que implicó la movilización  y muerte de miles de personas en torno al rescate de la ciudad sagrada de manos de los “infieles” iniciará una crisis de larga duración. Clímax de fervor religioso movilizó a masas de europeos, que generó a su camino  pogromo a judíos y musulmanes, los puso en contacto con otras culturas y, en especial, con Bizancio y su preservación de la cultura grecoromana. 
Las Cruzadas generan un tipo de relatos sobre la peregrinación a la ciudad santa. En los mismos se mide el tiempo en función del propio viaje; el sentido del trascurrir esta poco desarrollado y el pasado aparece difuso (“antaño”, “desde hace tiempo”). La característica más general es la representación de los grandes acontecimientos de la historia sagrada.

Las universidades

En las universidades se va a desarrollar la escolástica, cuyo objetivo era llevar al hombre las verdades reveladas. La forma de hacerlo era a través de comentarios de los textos sagrados o consagrados, estos revestían el carácter de “auctoritas”. No se trata de buscar la verdad, que ya está dada por la revelación divina, sino tratar de entenderla. Los textos sagrados contienen toda la verdad-son atemporales- solo hay que hacerles las preguntas correctas. En función de ello utilizaran los instrumentos de la tradición griega, incorporando en forma bastante eclética nociones filosóficas. Independientemente de este formato de análisis mecánico y repetitivo por los recovecos comienza a aparecer un desarrollo del conocimiento nuevo.

El aristotelismo cristiano

Tomás de Aquino nació en 1225  en el seno de una familia noble. A partir de los cinco años, fue educado en la abadía de Montecasino en donde aprendió gramática, latín, música, moral y religión. Entre 1239-44 estudió en la Universidad de Nápoles, luego de lo cual se ordenó como monje dominico.  En 1252 ejerció como maestro de Teología en la Universidad de  Paris.  En este período escribe la Suma teológica.  Murió  en 1274
El dominico incorporó las  ideas aristotélicas- que habían ingresado desde la península ibérica a través de las obras de Avicena (ca 980-1037) y Averroes(1126-1198) - al razonamiento escolástico asumiendo que fe y razón eran medios compatibles de conocer la obra de dios. Nótese el cambio con respecto a las afirmaciones de Agustín de Hipona de que solo la fe permite el conocimiento. Obviamente la razón no sustituye a la fe, pero le puede servir al demostrar sus principios y aclarar sus verdades. Al final de su vida el tono de su razonamiento se vuelve pesimista al advertir que fe y razón pueden no ser coincidentes.
Los razonamientos de Tomas de Aquino dejan el camino fértil para afirmar el  contraste entre fe y razón, con lo cual el problema escolástico mismo se vacía de contenido. En ese camino encontramos primero los planteos de Denis Escoto (ca 1266-1308) y finalmente a Guillermo de Occam (1290-1349). Este último al considerar como dos caminos distintos a la fe y la razón permitieron a la investigación filosófica y científica un nuevo campo de acción. El desarrollo de estas ideas culminará colocando al ser humano en el centro del conocimiento y a la razón como único método válido.  

Las crónicas caballerescas y de la ciudad.

La pérdida de peso de la Iglesia y el aumento del poder de los monarcas feudales hacia necesaria una historia que reflejara estos cambios sociales. Esto permitió el surgimiento de la crónica caballeresca, que se comenzará a escribir en lengua vernácula para alejarse del latín (la lengua de la Iglesia).
Este relato laico justificará las acciones de los sectores en el poder para mantener su dominio. La visión aristocrática de los historiadores calla o censura las acciones de las masas campesinas, a modo de ejemplo para Froissart(1337-1410), refiriéndose  al levantamiento de 1358,  el pueblo carece de lógica, es irracional, fundamentando así la represión posterior por parte de los nobles. Así vemos como la irracionalidad de la masa es un viejo argumento conservador que esconde una crítica a una “racionalidad” distinta.
“De la dependencia de la historia con respecto al poder se derivan muchas servidumbre para el memorialista: la estrechez el campo de visión (que se limita a los hechos militares, a la vida de la corte y a las grandes ceremonias religiosa o civiles, ignorando por completo al pueblo) la utilización del estilo noble (o la ampulosa escritura de los borgoñeses, o la imitación del los autores antiguos como Thomas Basin), y finalmente, tomar partido por el príncipe que encarga la obra o que , por lo menos, la financiaba” (BOURDE- MARTI, p.54)
La crisis demográfica, económica, social y política que provoca la peste negra cuestionó el mundo tal cual era conocido y en su proceso de transformación surgirán nuevas voces y visiones de la historia.

*Profesor en historiología en formación docente
Bibliografía citada
BOURDÉ, Guy- MARTIN, Hervé, (1992) Las escuelas históricas, Madrid, Akal

Artículo publicado en El popular. Semanario, Montevideo, 21 de junio de 2013, N° 230, 3°época

La alta Edad Media.



La alta Edad Media.
Prof. Líber Romero*

El periodo histórico que conocemos como Edad Media (siglos V-XV) debe el nombre a los  hombres del Renacimiento que la veía como un tiempo de oscurantismo, de retroceso, en comparación con la época grecoromana. La idea de una etapa entre dos florecimientos tuvo (¿tiene?) onda repercusión en ideario colectivo. Los historiadores actuales han demostrado como el desarrollo medieval influye sobre las épocas posteriores (formas de producción e intercambio, relaciones personales, lenguaje, conformación de los Estados entre otras). La permanencia y el cambio de algunos de estos elementos han llevado a que se discuta su extensión(a modo de ejemplo TENENTI la finaliza a mediados del Siglo XIV y LE GOFF la extiende hasta el siglo XVIII), por las características de ese artículo evitaremos esta problemática utilizando la periodización clásica.

La alta edad media (siglos V-X)

Las invasiones bárbaras fueron distintas oleadas de grupos humanos que ingresaba dentro de los límites del imperio romano (ocupando el terreno en forma pacífica o violenta), terminando en el siglo V con la toma de Roma. A través de los siglos se produce la aculturación de los dos grupos (romanos y bárbaros),  la que se vio favorecida desde el principio porque los barbaros no eran los pueblos salvajes de los que hablan sus detractores de la época. Habían evolucionado en sus desplazamientos, la mayoría experimentó la influencia de las culturas asiáticas, del mundo iranio e inclusive del grecorromano en su versión bizantina. Poseían técnicas metalúrgicas avanzadas: damasquinado, técnicas de orfebrería y el arte del cuero Los bárbaros "no se presentaron como enemigos, sino como admiradores de las instituciones romanas. Se los podría tomar todo lo más como usurpadores” (LE GOFF, p.28). Se rodearon de consejeros romanos e intentaron con frecuencia adoptar sus costumbres. Eran paganos pero parte no menor de ellos se habían convertido al cristianismo en su versión arriana; que al convertirse en herejía a partir del concilio de Nicea generará un nuevo elemento de  discordia entre los católicos romanos y los bárbaros arrianistas (Ostrogodos, Visigodos, Burgundios, Vándalos y más tarde los Lombardos).
Eran sin dudas tiempos de confusión, por la mezcla de los invasores, cuyos pueblos se combaten y esclavizan entre sí, se entremezclan y en algunos casos crean efímeras confederaciones y por el terror, debido a que más allá de las exageraciones las devastaciones existieron.
El comienzo del siglo VI muestra a lo que era el imperio romano dividido entre las tribus bárbaras: los Anglosajones en Gran Bretaña, los Francos en Galia, los Burgundios en Saboya, los Visigodos en España, los Vándalos en África y los Ostrogodos en Italia. Es el siglo en donde Justiniano (el emperador bizantino) intentará reconquistar parte del territorio. El siglo VII es sacudido por la aparición del Islam y la conquista árabe. El siglo VIII es el de la preponderancia de los francos.
Frente a esta situación el panorama se vuelve agreste, la gente huye al campo y se busca la protección de un señor; el poder centralizado del imperio se fragmenta en miles de pedazos. En este contexto la iglesia y posteriormente el imperio van a ser los elementos unificadores frente a la dispersión.

La concepción cristiana y la historiografía.

La concepción cristiana fue hegemónica durante la Edad Media,  especialmente en los sectores de la élite. Debemos tener presente que la  ideología dominante no  se reproduce de forma mecánica en los distintos sectores de la sociedad que la recrean, adaptan o rechazan en la medidas de su posibilidades (las investigaciones ha mostrado la pervivencia de una cultura popular paralela y resistente).  La cultura escrita pertenece a una elite y los relatos históricos de esta época están destinados a reafirmar el poder de la iglesia o posteriormente a servir a los nobles. En función de lo anterior las afirmaciones sobre la concepción del tiempo y del universo no se pueden extender mecánicamente al conjunto de la población.
La historia, a partir del siglo VI, se convierte en el lugar de donde la interpretación de los designios divinos preceden a los móviles humanos “(…) se extraen hechos-pruebas, hechos-argumentos que poseen, dentro del discurso religioso, una credibilidad comparable con la de las autoridades bíblicas” (BOURDE-MARTI, p.34) y  se pueden distinguir, en forma general, tres formas de escritura histórica:
1-Las Hagiografías, en donde se relatan la vida de los santos y los milagros sucedidos. En general es un género ahistórico que se aparta del personaje estudiado para dar cabida a relatos milagrosos ”(...) la realidad  se modificó y hasta se inventó, aplicándose, en muchos casos, un mismo modelo a santos distintos. Los milagros los hechos y hasta los discursos, se repiten, tomándolos a menudo incluso de la antigüedad pagana. Pero se describen las costumbres de época, se aportan interesantes informaciones sobre la vida social y, con ello, se refleja la mentalidad medieval” (SANZ, p.135). Su importancia disminuyó con el tiempo y se hicieron varias recopilaciones (por ejemplo la Leyenda áurea del siglo XIII)

2-Los Anales  que son escritos realizados por los monasterios, en un principio realizados para fijar la fecha de las pascuas, comenzaron a relatar en forma escueta los hechos más importantes del año. Los que tenia interés “(...) para los monjes (elección de abades, recibos de reliquias, etc.), luego, otros relativos a la vida material de la congregación (hambrunas, incendios, etc.) y, por último, hechos de interés para la familia de los fundadores o protectores de la abadía (expediciones militares, castigos de rebeldes, etc.). Algunos ampliaron su radio a acontecimiento nacionales e internacionales” (SANZ, p.137). Posteriormente con el desarrollo de las ciudades ésta también generara sus propios anales.

3-Las Crónicas, que nos ilustran sobre los hechos relativos a la caída de Roma y el surgimiento de nuevos reinos. En donde se relata en forma a veces ingenua y otra mistificando los hechos que se han producido. Dentro de ellas la ”historias” abarcan un periodo de tiempo más extenso y tratan como central el papel de la iglesia, por ejemplo las obras de  Gregorio de Tours (538-394) “Historia de los Francia”, de Isidoro de Sevilla (560-636) “Historia de los Godos, Vándalos y Suevos o de Beda (673-735)  “Historia eclesiástica de Inglaterra”.
Los cambios producidos durante el período feudalización primero y concentración de poder después, la aparición de las ciudades y con ella de la burguesía comercial van mellando esta concepción de la historia. El pasaje de la ciudad de dios a la terrena será largo; especialmente  la historia amplía mucho su horizonte a partir de las Cruzadas.

*Profesor de historiología  en formación docente
Bibliografía citada
LE GOFF, Jacques, (1999) La civilización de occidente medieval, Barcelona, Paidos
SANZ, Víctor,(1985) La historiografía en sus textos: desde sus orígenes hasta el Renacimiento, Caracas
BOURDÉ, Guy- MARTIN, Hervé, (1992), Las escuelas históricas, Madrid, Akal
TENENTI, Alberto,(2003) La Edad moderna siglos XVI-XVIII, Barcelona, Critica, 2 °ed.


Artículo publicado en El popular. Semanario, Montevideo, 14 de junio de 2013, N° 229, 3°época

martes, 11 de junio de 2013

AGUSTIN DE HIPONA Y LA CIUDAD DE DIOS



AGUSTIN DE HIPONA Y LA CIUDAD DE DIOS
Prof. Líber Romero

Las invasiones bárbaras que asolan a Roma desde el siglo III y que  terminan con la conquista de Alárico llevan a una crisis de conciencia tanto en los romanos como en los cristianos, que venían debatiendo en torno a la responsabilidad de la decadencia del imperio, “para los primeros por su confianza en un imperio regenerable que veía ahora su capital mancillada por una horda de bárbaros. Para los cristianos porque creían a la urbe a salvo gracias a sus cinturones de santuarios y sepulcros de mártires” (MITRE, p.32)
Las opiniones frente a las invasiones son distintas dentro de la Iglesia. Ambrosio ve en los bárbaros enemigos faltos de humanidad y exhorta a los cristianos a defenderse.  Agustín de Hipona se niega a ver a la invasión de Roma por Alárico como otra cosa que no sea un hecho doloroso mas; su discípulo Orosio lo verá como una oportunidad de llevar la fe a nuevos sectores.
Agustín y su obra
Agustín nació en el 354 en Numidia, en su juventud fue poeta (vivió en pareja y tuvo un hijo) y posteriormente se dedicará al estudio de la filosofía. Trabajará como maestro de retórica en Milán. Es en esta ciudad donde en contacto con Ambrosio se convertirá al cristianismo a los 32 años. En el 395 es nombrado Obispo de Hipona y desde ahí desarrolla la defensa de la ortodoxia frente a diferentes prácticas cristianas. La caída de Roma en manos de Alárico lo lleva a escribir un libro en el que busca defender  al cristianismo de los ataques que recibe al ser acusado de los males del imperio.
Frente a la incertidumbre que provoca a los cristianos la caída material del imperio y de las profecías que hasta ese momento ordenaba su mundo, Agustín elabora una respuesta teológica que logra dar un nuevo sentido al caos.
En su dedicatoria no dice que su  obra la ha realizado en "(...) la defensa, contra aquellos que anteponen sus dioses a su Fundador, de la gloriosísima Ciudad de Dios considerada, tanto en el actual curso de los tiempos, cuando, viviendo de la fe, realiza su peregrinación en medio de los impíos, como en aquella estabilidad del descanso eterno, que ahora espera por la paciencia, hasta que la justicia se convierta en juicio, y luego ha de alcanzar por una suprema victoria en una paz perfecta. Grande y ardua empresa. Pero Dios es nuestro ayudador. Por lo cual también de la Ciudad terrena, que en su afán de dominar, aunque le estén sujetos los pueblos, está dominada ella por la pasión de la hegemonía, será menester hablar, sin omitir nada de lo que reclama el plan de esta obra ni de lo que me permita mi capacidad."
Encarga posteriormente a Orosio escribir una obra que relate la historia de la humanidad en base a sus premisas. Muere en  el 430 en una ciudad sitiada por los Vándalos de Genserico.
El desarrollo histórico agustiniano.
En Agustín la Historia se desarrolla a través del enfrentamiento entre la ciudad de dios (libido sciendi, una energía orientada al conocimiento) y la ciudad terrena (libido dominandi, una energía orientada a la conquista del poder). La ciudad de dios no se corresponde exactamente con la iglesia ni la terrena con el imperio, su distinción se da en la conciencia del hombre. Pertenecen a la ciudad de dios “aquellos que por amor de Dios se desprecian a sí mismo y a la ciudad terrena los que por amor propio desprecian a Dios”. 
Existe en esta  concepción de la historia dos premisas fundamentales a) el mundo es obra de dios y b) el acontecer humano está regido por la providencia divina que planifica. El libre albedrío queda atrapado en la planificación de un dios que conoce pasado, presente y futuro.
La historia se organiza como un drama en 3 actos “el hombre caído (Adán), el hombre redimido (en Cristo) y el hombre glorificado (en Dios); tiempo del pecado, tiempo de la gracia y tiempo del gozo eterno” (ROLDAN. p.42)
El giro esencial es haber separado la historia terrestre, cambiante, y contrastable empíricamente, de la historia celestial, inasequible salvo por la fe. Eso permite que las vicisitudes humanas no afecten el convencimiento de un plan general incluso frente a los desastres de la naturaleza, las calamidades o las guerras. Logra en un momento de crisis de conciencia (el mundo perdía lo parámetros de referencia) generar un nuevo sentido supraterrenal y por lo tanto infalible.
La influencia cristiana en la historiografía medieval
La tesis expuestas por Agustín serán la base de la historiografía medieval. En la concepción cristianan el hombre es ciego en su accionar. Es incapaz de perseguir fines preconcebidos de antemano, su accionar esta movido por inmediato y ciego deseo. Cuando parece que ejecuta un plan, es el plan divino que está ejecutando.
Nada es eterno salvo dios, no existe otra sustancia porque todas son creadas por dios. “Dios mismo todavía se denomina sustancia, pero su índole, en cuanto sustancia, es incognoscible no solamente indescubrible por la humana razón dejado a sí mismo, sino incognoscible en el sentido de incapacidad de ser revelado cuanto podemos saber de Dios son sus actos”(COLLINGWOOD, pp.110-111).
La introducción de las ideas cristianas tiene un triple efecto sobre el modo en que se concibe la historia.
1) El proceso histórico es la realización  de propósitos divinos, pero sus designios  son realizados por los  hombres. Así la historia la hacen los hombres de acuerdo a un plan que desconocen. No hay posibilidad de que la voluntad  humana altere el orden divino de la historia. Los hombres son los instrumentos de un plan y quienes a veces parece como si actuara en contra del plan y terminan favoreciéndolo. Es lo que Agustín expresa cuando dice que dios escribe con reglones torcidos. Según Collingwood “(…) la historia resulta enormemente beneficiada, porque la admisión de que cuanto acontece en la historia no necesita acontecer porque alguien lo haya querido deliberadamente es una condición previa indispensable haya la compresión de cualquier proceso histórico” (pp.111-112).
2) Los agentes son producto de la Historia y no un presupuesto inmodificable (por ejemplo  Roma) “Fue esta una revolución profunda en el pensamiento histórico significaba que el proceso de las mudanzas históricos no se concebía como deslizándose (…) sobre la superficie de las cosas, afectando tan solo a los accidentes, sino afectando sus sustancias mismo e implicando, de ese modo, una verdadera creación y una verdadera destrucción”(COLLINGWOOD, p.112).
3) Es una historia universal en tanto busca abarcar a todos los hombres. Los cristianos asumen que todos los hombres son iguales ante dios, ya no hay pueblo elegido, no hay raza o clase privilegiada, no existe ninguna sociedad cuya destrucción sea más importante que las demás.
Así la historia basada en las ideas cristiana será: universal, providencial, apocalíptica y se dividirá en periodos.
En historiador deberá a partir de esta concepción no investigar los hechos que sucedieron sino registrar el accionar de la providencia en el pasado y explicitar el plan divino. Se reconoce la importancia de la historia pero su motor es trascendental, llevará varios siglos para que el ser humano vuelva a ser un sujeto y no simplemente un actor del drama histórico.
*Profesor de Historiología en formación docente.
Bibliografía citada
AGUSTIN DE HIPONA, La ciudad de Dios
COLLINGWOOD, Robin, Idea de la historia, México, FCE,, 2004, 3o ed.
MITRE, Emilio, Historia y pensamiento histórico, Madrid, Cátedra, 199 7
ROLDAN, Concha, Entre Casandra y Clío. Una historia de la Filosofía de la historia, Madrid, Akal, 1997.
Artículo publicado en El popular. Semanario, Montevideo, 7 de junio de 2013, N° 228, 3°época

lunes, 3 de junio de 2013

LA TRADICIÓN JUDEO-CRISTIANA



LA TRADICIÓN JUDEO-CRISTIANA
Prof. Líber Romero*

Politeísmo y monoteísmo

El politeísmo surgió como una forma para los seres humanos de ordenar el mundo caótico que lo rodeaba, logrando así una explicación sobrenatural frente a los hechos de la naturaleza; a ello se sumaba posteriormente que cada pueblo, enfrentados entre sí, tenía sus dioses protectores.  Estos dioses  tenían características humanas que reflejaban el mundo real; se hacía necesario que en este “caos” se vaya generando un panteón con un rey de dioses.
En lo griegos se puede ver como el monoteísmo va apareciendo como parte de una evolución intelectual en donde un dios único (Zeus) absorbe, como potencia, las particularidades de cada dios (por ejemplo en el neoplatonismo). La unidad política lograda por Alejandro magno ayudo a esta idea, “el mundo, el cosmos, es una suerte gran ciudad. Es uno, está ordenado en la unidad de la Ley. Por consiguiente, el que la gobierna es igualmente uno, fuente de ese orden perfectamente sabio.   Es el Dios único” (BRAUDEL-DUBY, p.11)
El monoteísmo hebreo es defensivo frente a pueblos que lo subyugan. El dios que aparece en el viejo testamento es celoso de su pueblo, como un amante le exige fidelidad y  entabla con él una alianza. El pueblo elegido no solo debe mantenerse puro sino que tiene que destruir a los ídolos donde sean objeto de culto( esta idea limitará su expansión como religión)
La idea teleológica de la historia.
 Yavhe creó el universo con su palabra (“primero fue el verbo”)y a los seres humanos, su criatura, a su imagen y semejanza (mencionemos que existen dos versiones de Génesis en donde la que está más difundida, y no por casualidad, es la que la mujer es creada a partir de Adán y no como dos seres iguales). Desde el punto de vista historiográfico cuando el ser humano se revela y es desplazado del paraíso comienza el devenir histórico. Será en el mundo de las necesidades en donde los hombres deberán permanecer y  realizar los designios de dios hasta el juicio final. Se genera así una concepción del tiempo que incluye un comienzo (el pasado), un presente y un futuro lo que se traduce en una linealidad ascendente de la Historia.
Es en los tiempos posteriores al cautiverio en Babilonia (con Isaias, Oseas, Joel, Jeremías), que para Suárez se define en gran parte el esquema bíblico de la salvación en donde el motor de la historia es dios.  A partir de aquí se anuncia la venida de un mesías, se definen las alternativas ante el acatamiento y la desobediencia para el ser humano y se afirma el carácter único de la humanidad.
La visión teleológica de la historia sera refirmada por visiones proféticas de ese fin del mundo. Daniel relata que vio cuatro bestias  y “ la cuarta bestia es un cuarto reino que habrá en la tierra, y que será distinto de todos los reinos: devorará toda la tierra, la aplastará y la triturará. Los diez cuernos son diez reyes que surgirán de su reino, y otro surgirá después de ellos. Ése será distinto de los anteriores y destronará a los reyes: pronunciará palabras contra el Altísimo, someterá a prueba a los santos del Altísimo y pretenderá cambiar los tiempos y la Ley. Serán entregados en su mano durante un tiempo, dos tiempos y medio tiempo. Pero se sentará el tribunal y le quitará su dominio, destruyéndolo y aniquilándolo definitivamente. El reinado, el dominio y la grandeza de los reinos que hay bajo todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino será eterno, al que todos los soberanos temerán y se someterán.” (DANIEL, 7)
La interpretación de que cada una de las cabezas corresponde a los imperios conocidos(babilónico, persa, griego y romano) traerá futuros problemas entre la profecía divina y la realidad histórica, cuando el proceso histórico se contraponga a la teología.
El cristianismo y  Roma
El cristianismo surgió como una secta judía, a partir de la prédica que realizó Jesús de Nazaret, en una Palestina bajo dominio romano. El discurso de Jesús, estaba destinado a todos los hombres(favoreciendo a los sectores populares y excluidos).  Su negativa a participar del culto al emperador(“A Cesar lo que es de Cesar y a Dios lo que es de Dios”)  y el hecho de  ser considerado el enviado de dios para liberar a los judíos de la opresión, lo volvió sospechoso ante la autoridad romana de Judea. Jesús fue arrestado y condenado a muerte. La difusión del cristianismo, y su codificación primaria, fue realizada en particular por Pablo de Tarso.
En el mismo período la consolidación del imperio lleva a la romanización de las provincias pero con ello comienza el ascenso de las fuerzas centrífugas. Trajano y Adriano son españoles, los Antoninos galos, los Severos africanos. Con la fundación de Constantinopla se marca la inclinación hacia oriente.
Roma atraviesa  una profunda crisis, en donde pierde gradualmente su autoridad como cabeza del imperio. La fragmentación del poder se manifiesta en que algunas de las provincias  nombran a uno de lo suyos como emperador, produciéndose un período de anarquía militar, por que se da el enfrentamiento entre los diferentes jefes regionales de los ejércitos.
En el siglo III el asalto del “limes” por los bárbaros es contenido mas que por la superioridad militar por el apaciguamiento al incluirlos como federados o aliados. Después de la gran incursión del 276 se produce una regresión demográfica. Los labriegos buscan el amparo de los grandes propietarios que se convierten de este modo en jefes de bandos militares y la situación del colono se parece mas a la del esclavo.
El cristianismo que había sido vista como una religión causante de disturbios (Dioclesiano persiguió a sus creyentes) podía servir como  elemento de unión y control si se ajustaba  su funcionamiento. Constantino proclama la tolerancia (Edicto de Milan) intentando  contener la crisis que afecta todos los aspectos de la vida romana. Con Teodosio el cristianismo se convierte en la religión única y se empieza a perseguir a los "paganos".
 Los padres de la iglesia
El proceso de crecimiento del cristianismo en el seno del imperio romano tuvo que hacer frente a las tradiciones filosóficas preexistentes. Los llamados padres de la iglesia (la patrística) intentaron resolver las contradicciones a la interna de una doctrina en formación que se fue adaptando a ser la religión no solo de los sectores populares sino de la elite gobernante. La patrística emprendió la labor de su consolidación doctrinal en los primero siglos de nuestra era incorporando en la medida de las posibilidades los razonamientos de Platón y Aristóteles, identificando filosofía y religión. Así la figura de Jesús se convierte en la base de la comprensión de la historia universal, el tiempo se comprime y se expande a partir de su nacimiento. Eusebio de Cesárea divide el tiempo en dos grandes etapas Antes de Cristo y Después de Cristo.
Fontana señala que entre Tácito y Agustín de Hipona  hay una larga coexistencia entre la historiografía romana pagana y otra cristiana, como la hay entre las instituciones políticas de un imperio que se desmorona y una Iglesia que va ocupando progresivamente el lugar de la marchita organización estatal romana.
La invasión de Alárico  provocará  que Agustín de Hipona  elabore “La ciudad de Dios” cuya concepción cristiana de la historia que influirá durante toda la Edad media y parte de la época moderna.
*Profesor de historiología en formación docente
Bibliografía citada

BRAUDEL, F.-DUBY, G.,”El mediterráneo”, México, FCE,
EL LIBRO DE DANIEL, La Biblia
SUAREZ, Luis, Grandes interpretaciones de la historia, Pamplona, EUNSA, 1978, 2o ed