lunes, 18 de noviembre de 2013

Herder y el romanticismo



Herder y el romanticismo
Prof. Líber Romero*

En Alemania se desarrolló, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, una filosofía especulativa de la historia  cuyos postulados incidirán sobre el desarrollo de la historiografía, sus principales exponentes son Kant (1724-1804), Herder (1744-1803) y Hegel(1770-1831). Los tres tenían en común tratar de descubrir las leyes que regulan la historia, se proponía indagar si existía “una trama que subyace a todas las tramas, y en caso de que fuera así, determinar  quiénes son los actores” (BRAUER, 103).
El contexto histórico en el que desarrolla el idealismo alemán está enmarcado en la crisis del absolutismo, el impacto de la Ilustración (en especial el concepto de perfección moral del ser humano) y posteriormente de la Revolución Francesa.
La aceptación o el rechazo ante los cambios producirá  “(…) una doble tradición del pensamiento histórico-político. Por una parte la corriente romántica conservadora para la cual la historia no debe ser interpretada como producto de la acción más o menos consciente  de los individuos por sus idea de libertad y justicia, sino como el resultado de fuerzas vitales materializadas en el carácter originario de las naciones, su entorno geográfico-climático, sus costumbres, lenguaje y religión. Por otra parte, está la tradición iusnaturalista-iluminista para la cual la historia es el lugar donde se produce precisamente la ruptura con los lazos de la tradición y la costumbre”(MATE, 86)

Johan Gottfriend von Herder

Nació en Mohrungen en 1744, inicio sus estudios filosofía, teología y literatura en Königsberg, en donde fue discípulo de Hamann y Kant. Se convirtió en pastor protestante en 1764 y se trasladó a Riga para enseñar. Hacia  1769 viajo a  Francia, en donde tomo contacto con Diderot, D'Alembert y otros enciclopedistas, estudiando en particular las obras de Rousseau. En 1771 viajó a Estrasburgo, ahí Goethe lo conoció  y fue influido por la obra del filósofo. Entre sus obras se encuentran Fragmentos sobre una nueva literatura alemana (1767), Selvas críticas (1769) Ensayo sobre el origen del lenguaje (1772). En 1771 se trasladó a Bückeburg en calidad de consejero consistorial. Muere en 1803 en Weimar.
Si bien cronológicamente es posterior a Kant fue su obra la que provocará una respuesta de su maestro.

El romanticismo

La obra de Herder puede ser considerada como formativa del Strum und Drung, movimiento cultural que surge a fines del siglo XVIII en Alemania, como reacción a la Ilustración y al Neoclasicismo. El romanticismo como movimiento es heterogéneo, porque si bien sus postulados ideológicos son, en esencia,  conservadores el contexto histórico concreto puede llevar a posiciones  revolucionarias(los llamados socialistas utópicos están imbuidos de los postulados románticos al igual que muchos nacionalistas) 
A la primacía de la pasión, el sentimiento o el espíritu sobre la fría racionalidad, se le deben sumar otras características como son que: 1-la providencia vuelve a aparecer  como rectora del proceso histórico siendo al mismo tiempo la garantía de eterno progreso, 2-  sobre esta base se construye la idea que los  hombres que comparten una historia y una cultura en común son pueblos que constituyen  naciones, por lo que hay que investigar sus orígenes, 3-  en tal sentido se reivindica a la Edad Media (en contrapartida a los ilustrados que la veía como una época oscura), no solo en la investigación histórica ( Agustín Thierry ) sino también en la novela histórica( Walter Scott), 4-  en esta narración se destacan los grandes hombres,  los héroes, que tienden a ser titánicos en tanto se rebelan frente a la determinación de la providencia y en general son derrotados, condenados a muerte o a la soledad (por ejemplo en las obras de Tomas Carlyle o Víctor Hugo), 5- existe, pues, una exaltación del pasado, las tradiciones y las costumbres.

Una filosofía de la historia conservadora

Herder es parte  de la corriente conservadora, en tal sentido escribe  dos obras dedicadas a la historia: También una filosofía de la historia para la formación de la humanidad. Contribución a muchas contribuciones del siglo (1774) y Ideas para una filosofía de la historia de la humanidad (1784). Su concepción  de la historia inspiró a diversos movimientos nacionalistas, debido a que en él la evolución de las sociedades y de la historia era fruto del espíritu o del alma del pueblo.
En su obra la providencia  aparece como rectora del transcurrir histórico. En ella el hombre es concebido como el más elevado elevado de los animales y el más inferior de los ángeles.  Es interesante ver como en “Tambien,..” realiza un paralelismo entre las fases biológicas de un individuo y las etapas del proceso civilizatorio: Oriente es la infancia, Egipto la adolescencia, Grecia la juventud, Roma la madurez. Esto conforma el primer ciclo histórico porque de las zonas nórdicas nace el hombre nuevo. En su obra posterior el esquema de las edades es desplazado de la historia universal al de cada nación.
A diferencia de los ilustrados que creían ver a la  humanidad respondiendo a una única racionalidad, Herder reivindica las diferencias culturales (lo que de por sí es un aporte a una visión no uniformizadora de la historia).  No existe una razón única a partir de la cual se pueda valorar al resto sino diferentes costumbres, ideas, creencias y formas de organización que corresponden a cada estadio evolutivo de la humanidad. Cada pueblo debe ser analizado en su contexto concreto no en relación a otros.
Este relativismo cultural se fundamenta en que esta diversidad es el producto de la interacción entre las fuerzas externas como el entorno geográfico y de fuerzas internas como es el espíritu colectivo representado en el pueblo.  El espíritu choca con el medio ambiente, intenta doblegarlo y al hacerlo se transforma.
Este espíritu del pueblo es el constituye a la nación le da su fuerza y la conforma. La nación como conjunción de rasgos culturales (leguaje, tradiciones) precede a la existencia del Estado que es una construcción artificial. Este último es concebido como un producto de las necesidades e intenciones de los individuos que persiguen un fin egoísta.
A continuación Herder afirma que “cada nación tienen en si su centro de gravedad”.  Para él lo determinante en la historia son las peculiaridades de los hombres, es decir las características psicológicas hereditarias, lo que hace variada a la especie humana (es decir las razas). Este elemento inherente e inmutable es el sustrato sobre el que se levanta la experiencia de un pueblo, por lo que su desarrollo, sus logros, avances y retrocesos son producto en última instancia de su raza. Por lo que “(…) hay en Herder lo que podríamos llamar un determinismo étnico que puede llegar a ser interpretado como una forma de racismo o de nacionalismo exacerbado”(MATE, 94)
Raza, pueblo y nación conforman una unidad inseparable.  Así se demuestran que los acontecimientos históricos tienen  leyes, y que el destino del hombre tiene que ver con sus potencialidades (la raza) y la finalidad del hombre es encontrar una humanidad mejor. ¿Producto de la nación que se encuentre en la vanguardia? ¿y que por lo tanto es resultado de una raza en especial? El siglo XX mostrará como se respondieron a estas preguntas.
Profesor de historiología en formación docente
Bibliografía citada
BRAUER, Daniel (ed)(2009)La historia desde la teoría, Buenos Aires, Prometeo, Tomo 1
MATE, Reyes(ed)(2005) Filosofía de la historia, Madrid, Trota
Publicado en El Popular. Semanario, Uruguay, 15 de noviembre de 2013, N 250, 3ra época

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