Herder y el romanticismo
Prof. Líber Romero*
En Alemania
se desarrolló, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, una
filosofía especulativa de la historia cuyos
postulados incidirán sobre el desarrollo de la historiografía, sus principales exponentes
son Kant (1724-1804), Herder (1744-1803) y Hegel(1770-1831). Los tres tenían en
común tratar de descubrir las leyes que regulan la historia, se proponía
indagar si existía “una trama que subyace a todas las tramas, y en caso de que
fuera así, determinar quiénes son los
actores” (BRAUER, 103).
El contexto
histórico en el que desarrolla el idealismo alemán está enmarcado en la crisis
del absolutismo, el impacto de la Ilustración (en especial el concepto de
perfección moral del ser humano) y posteriormente de la Revolución Francesa.
La aceptación
o el rechazo ante los cambios producirá “(…)
una doble tradición del pensamiento histórico-político. Por una parte la
corriente romántica conservadora para la cual la historia no debe ser
interpretada como producto de la acción más o menos consciente de los individuos por sus idea de libertad y
justicia, sino como el resultado de fuerzas vitales materializadas en el
carácter originario de las naciones, su entorno geográfico-climático, sus
costumbres, lenguaje y religión. Por otra parte, está la tradición
iusnaturalista-iluminista para la cual la historia es el lugar donde se produce
precisamente la ruptura con los lazos de la tradición y la costumbre”(MATE, 86)
Johan Gottfriend von Herder
Nació en
Mohrungen en 1744, inicio sus estudios filosofía, teología y literatura en
Königsberg, en donde fue discípulo de Hamann y Kant. Se convirtió en pastor
protestante en 1764 y se trasladó a Riga para enseñar. Hacia 1769 viajo a Francia, en donde tomo contacto con Diderot,
D'Alembert y otros enciclopedistas, estudiando en particular las obras de
Rousseau. En 1771 viajó a Estrasburgo, ahí Goethe lo conoció y fue influido por la obra del filósofo. Entre
sus obras se encuentran Fragmentos sobre una nueva literatura alemana (1767), Selvas
críticas (1769) Ensayo sobre el origen del lenguaje (1772). En 1771 se trasladó
a Bückeburg en calidad de consejero consistorial. Muere en 1803 en Weimar.
Si bien
cronológicamente es posterior a Kant fue su obra la que provocará una respuesta
de su maestro.
El romanticismo
La obra de Herder puede ser
considerada como formativa del Strum und Drung, movimiento cultural que surge a
fines del siglo XVIII en Alemania, como reacción a la Ilustración y al Neoclasicismo.
El romanticismo como movimiento es heterogéneo, porque si bien sus postulados ideológicos
son, en esencia, conservadores el
contexto histórico concreto puede llevar a posiciones revolucionarias(los llamados socialistas
utópicos están imbuidos de los postulados románticos al igual que muchos
nacionalistas)
A la primacía de la pasión, el
sentimiento o el espíritu sobre la fría racionalidad, se le deben sumar otras
características como son que: 1-la providencia vuelve a aparecer como rectora del proceso histórico siendo al
mismo tiempo la garantía de eterno progreso, 2- sobre esta base se construye la idea que
los hombres que comparten una historia y
una cultura en común son pueblos que constituyen naciones, por lo que hay que investigar sus
orígenes, 3- en tal sentido se reivindica
a la Edad Media (en contrapartida a los ilustrados que la veía como una época
oscura), no solo en la investigación histórica ( Agustín Thierry ) sino también
en la novela histórica( Walter Scott), 4- en esta narración se destacan los grandes
hombres, los héroes, que tienden a ser
titánicos en tanto se rebelan frente a la determinación de la providencia y en
general son derrotados, condenados a muerte o a la soledad (por ejemplo en las
obras de Tomas Carlyle o Víctor Hugo), 5- existe, pues, una exaltación del
pasado, las tradiciones y las costumbres.
Una filosofía de la historia
conservadora
Herder es
parte de la corriente conservadora, en
tal sentido escribe dos obras dedicadas
a la historia: También una filosofía de
la historia para la formación de la humanidad. Contribución a muchas
contribuciones del siglo (1774) y Ideas para una filosofía de la historia de la
humanidad (1784). Su concepción de
la historia inspiró a diversos movimientos nacionalistas, debido a que en él la
evolución de las sociedades y de la historia era fruto del espíritu o del alma
del pueblo.
En su obra la
providencia aparece como rectora del
transcurrir histórico. En ella el hombre es concebido como el más elevado
elevado de los animales y el más inferior de los ángeles. Es interesante ver como en “Tambien,..”
realiza un paralelismo entre las fases biológicas de un individuo y las etapas
del proceso civilizatorio: Oriente es la infancia, Egipto la adolescencia, Grecia
la juventud, Roma la madurez. Esto conforma el primer ciclo histórico porque de
las zonas nórdicas nace el hombre nuevo. En su obra posterior el esquema de las
edades es desplazado de la historia universal al de cada nación.
A diferencia
de los ilustrados que creían ver a la humanidad respondiendo a una única
racionalidad, Herder reivindica las diferencias culturales (lo que de por sí es
un aporte a una visión no uniformizadora de la historia). No existe una razón única a partir de la cual
se pueda valorar al resto sino diferentes costumbres, ideas, creencias y formas
de organización que corresponden a cada estadio evolutivo de la humanidad. Cada
pueblo debe ser analizado en su contexto concreto no en relación a otros.
Este
relativismo cultural se fundamenta en que esta diversidad es el producto de la
interacción entre las fuerzas externas como el entorno geográfico y de fuerzas
internas como es el espíritu colectivo representado en el pueblo. El espíritu choca con el medio ambiente,
intenta doblegarlo y al hacerlo se transforma.
Este espíritu
del pueblo es el constituye a la nación le da su fuerza y la conforma. La
nación como conjunción de rasgos culturales (leguaje, tradiciones) precede a la
existencia del Estado que es una construcción artificial. Este último es
concebido como un producto de las necesidades e intenciones de los individuos
que persiguen un fin egoísta.
A
continuación Herder afirma que “cada nación tienen en si su centro de gravedad”.
Para él lo determinante en la historia
son las peculiaridades de los hombres, es decir las características
psicológicas hereditarias, lo que hace variada a la especie humana (es decir las
razas). Este elemento inherente e inmutable es el sustrato sobre el que se
levanta la experiencia de un pueblo, por lo que su desarrollo, sus logros,
avances y retrocesos son producto en última instancia de su raza. Por lo que
“(…) hay en Herder lo que podríamos llamar un determinismo étnico que puede
llegar a ser interpretado como una forma de racismo o de nacionalismo
exacerbado”(MATE, 94)
Raza, pueblo
y nación conforman una unidad inseparable. Así se demuestran que los acontecimientos
históricos tienen leyes, y que el
destino del hombre tiene que ver con sus potencialidades (la raza) y la
finalidad del hombre es encontrar una humanidad mejor. ¿Producto de la nación
que se encuentre en la vanguardia? ¿y que por lo tanto es resultado de una raza
en especial? El siglo XX mostrará como se respondieron a estas preguntas.
Profesor de
historiología en formación docente
Bibliografía citada
BRAUER,
Daniel (ed)(2009)La historia desde la teoría, Buenos Aires, Prometeo, Tomo 1
MATE, Reyes(ed)(2005)
Filosofía de la historia, Madrid, Trota
Publicado en El Popular. Semanario, Uruguay, 15 de noviembre
de 2013, N 250, 3ra época
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