El Materialismo histórico III:
El modo de producción
Prof. Líber Romero*
La
categoría de modo de producción fue el resultado de años de estudio sobre el
desarrollo de distintos pueblos, culturas y civilizaciones desde los orígenes
de la humanidad hasta la época que les toco vivir. Esbozado en “La ideología
alemana” se fue desarrollando en los “Grundisse”, para alcanzar su formulación
clásica en el “Prologo” de 1856
El modo de producción y su
determinación
En
el “Prologo” al “Contribución a la crítica de la economía política“ Marx
realiza una síntesis de sus descubrimientos sobre el desarrollo social. Lo hace
al mayor nivel de abstracción posible, mostrando la relación entre los
componentes del modo de producción, eliminando las particularidades de la
historia concreta.
Afirma
que “”(…)en la producción social de su existencia, los hombres establecen determinadas
relaciones, necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de
producción que corresponden a un determinado estadio evolutivo de sus fuerzas
productivas materiales La totalidad de esas relaciones de producción
constituye la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual
se alza un edificio [Uberbau] jurídico y político, y a la cual corresponden
determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida
material determina [bedingen] el proceso social, político e intelectual de la
vida en general”( MARX, p.4-5).
Esta
base económica, que es histórica, es la
que permite la producción y reproducción humana. La relación entre la estructura y la
superestructura ha sido parte de las polémicas interpretativas del marxismo. Es
esencial distinguir entre una tesis fundamental del materialismo (“el ser
social es lo que determina su conciencia. “) de la subordinación de la
superestructura por parte de la estructura.
Una mala traducción
Atilio Boron ha llamado la atención
sobre que durante años nos hemos
manejado con una mala traducción del pensamiento de Marx. Analizando el texto del prologo, dice que (…)de
acuerdo al Diccionario Langenscheidts Alemán-Español los verbos bedingen y
bestimmen tienen significados muy diferentes. Mientras que traduce al
primero como “condicionar” (admitiendo también otras acepciones como
“requerir”, “presuponer”, “implicar”, etc.), el verbo bestimmen es
traducido como “determinar”, “decidir”, o “disponer”. En el famoso pasaje del
“Prólogo” Marx utilizó el primer vocablo, bedingen, y no el segundo,
pese a lo cual la crítica tradicional al supuesto “reduccionismo economicista”
de Marx ha insistido en subrayar la afinidad del pensamiento teórico de Marx
con una palabra, “determinar,” que éste prefirió omitir utilizando
“condicionar” en su lugar. Habida cuenta de la maestría con que Marx se
expresaba y escribía en su lengua materna y del cuidado que ponía en el manejo
de sus términos, la sustitución de un vocablo por el otro difícilmente podría
ser considerada como una inocente travesura del traductor o como un
desinteresado desliz de los críticos de su teoría.”(BORON)
Desconociendo el alemán uno puede
compartir las precisiones de Boron en tanto concuerdan con las correcciones y
advertencias de Marx y Engels sobre el tema; sin embargo, no se puede negar que
el determinismo económico estuvo presente desde las primeras interpretaciones
marxistas. El marxismo vulgar se caracteriza por ofrecer una explicación
económica a todo sin tener en cuenta la relación dialéctica y la múltiple
determinación del todo social.
La determinación en última instancia
Engels escribe en 1890 una carta a Bloch en donde afirma, que “(…)según la concepción
materialista de la historia, el factor que en última instancia determina la
historia es la producción y la reproducción de la vida real. (…)La situación
económica es la base, pero los diversos factores de la superestructura que
sobre ella se levanta (…) ejercen también su influencia sobre el curso de las
luchas históricas y determinan, predominantemente en muchos casos, su forma. Es
un juego mutuo de acciones y reacciones entre todos estos factores, en el que,
a través de toda la muchedumbre infinita de casualidades (es decir, de cosas y
acaecimientos cuya trabazón interna es tan remota o tan difícil de probar, que
podemos considerarla como inexistente, no hacer caso de ella), acaba siempre imponiéndose como necesidad
el movimiento económico. De otro modo, aplicar la teoría a una época histórica
cualquiera sería más fácil que resolver una simple ecuación de primer grado.”
(MARX-ENGELS, t.3:514)
El materialismo histórico
exige un continuo análisis de la realidad concreta, que permita conocer cuál es
la parte del todo que determina al todo. El modelo teórico no puede sustituir a
la realidad y la determinación no es un
“a priori” resuelto de antemano.
A continuación Engels
afirma que “ la historia se hace de tal modo, que el resultado final siempre
deriva de los conflictos entre muchas voluntades individuales, cada una de las
cuales, a su vez, es lo que es por efecto de una multitud de condiciones
especiales de vida; son, pues, innumerables fuerzas que se entrecruzan las unas
con las otras, un grupo infinito de paralelogramos de fuerzas, de las que surge
una resultante –el acontecimiento histórico--, que a su vez, puede considerarse
producto de una fuerza única, que, como un todo, actúa sin conciencia y
sin voluntad. Pues lo que uno quiere tropieza con la resistencia que le opone
otro, y lo que resulta de todo ello es algo que nadie ha querido. De este modo,
hasta aquí toda la historia ha discurrido a modo de un proceso natural y
sometida también, sustancialmente, a las mismas leyes dinámicas. Pero del hecho
de que las distintas voluntades individuales --cada una de las cuales apetece
aquello a que le impulsa su constitución física y una serie de circunstancias
externas, que son, en última instancia, circunstancias económicas (o las suyas
propias personales o las generales de la sociedad)-- no alcancen lo que desean,
sino que se fundan todas en una media total, en una resultante común, no debe
inferirse que estas voluntades sean = 0. Por el contrario, todas contribuyen a
la resultante y se hallan, por tanto, incluidas en ella.”(MARX-ENGELS, t.3:515)
El hombre hace su historia,
a veces en forma inconsciente. Existen leyes históricas (que para el lenguaje
de la época son las continuidades conocidas) pero es su conocimiento el que
permite a los seres humanos revertirlas, transformarlas; hay una prevención
ante el intento de convertir al materialismo histórico en una filosofía de la
historia que intente definir un futuro inexorable, previsible en todos sus
detalles (Marx y Engels fueron muy cautos al señalar características del
socialismo y el comunismo).
Esta unidad dialéctica
entre necesidad y libertad se verá al analizar el cambio social y el pasaje de
un modo de producción a otro.
*Profesor de historiología en formación docente
Bibliografía citada
BORON, Atilio (2010)“Por el (necesario)
regreso al marxismo”, PLED- Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini,
Buenos Aires
MARX,
Carlos-ENGELS, Federico, Obras escogidas en tres tomos, Moscú, Progreso, 1973
MARX, Karl, Contribución
a la crítica de la economía política, México, S.XXI, 1986, 2ºed
Publicado en El Popular. Semanario,
Uruguay, 11 de abril de 2014, N 263, 3ra época