Vicisitudes de Marx
Líber
Romero
Marx y Engels
Realizar
un artículo dedicado a los 195º aniversario del nacimiento de Marx nos permite
reflexionar sobre las vicisitudes de su obra, su difusión y esbozar un conjunto
de criterios para abordar la misma. No se puede hablar de Marx sin hacer
referencia a su amigo y compañero Engels, con el que escribió una parte
importante de sus obras y discutió la mayoría. Dice Paul Lafargue, socialista y
yerno del bávaro, “La opinión de Engels
fue siempre estimada por Marx como la primera, pues lo consideraba como el
único capaz de ser su colaborador. Engels constituía para el todo su público y
no ahorraba ningún esfuerzo para persuadirlo, para ganarlo a sus ideas. Yo lo
he visto recorrer libros enteros, en busca del hecho del que tenía necesidad
para convencer a Engels sobre o me acuerdo que punto secundario de la cruzada
de los albigenses. Conquistar la
adhesión de Engels era un triunfo para Marx.”.
Uno
puede encontrar diferencias en estilos de escritura, Engels es más didáctico que Marx, y en temas de interés (filosófico,
económico y político en uno o económico, militar y político en el otro). Estos
elementos se han agrandado para ver diferencias conceptuales entre ellos. El
objetivo de separar la elaboración de ambos, especialmente fuerte en la década
del 60 del siglo pasado, era tratar de atacar por elevación a Lenin, que sería
para estos críticos un engelsiano y no un marxista.
El
hecho que llamemos marxismo a la teoría se debe a la defensa en torno a la
primacía de Marx en los temas y descubrimiento que hiciera Engels. Según él
“(…)descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan
sencillo, pero oculto hasta él bajo la maleza ideológica, de que el hombre
necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de
poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la
producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la
correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o de una época es la
base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las
concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de
los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al
revés, como hasta entonces se había venido haciendo.
Pero
no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual
modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El
descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que
todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses
como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas.”
Sus obras
Marx
fue un prolifero escritor entre obras terminadas, esbozos de la mismas, cartas
y artículos periodísticos se cuentas más de 40 volúmenes de la obras
(in)completas. En vida del alemán fueron pocos los libros que fueron publicados
y aún no se cuenta, en ningún idioma,
con una edición completa de su obra. No creemos que sea necesario conocer hasta
el último escrito de un autor para comprender lo esencial de su pensamiento,
sin embargo es interesante comprender que el marxismo del siglo XX fue
elaborado a partir de un conjunto reducido de las obras de Marx y Engels.
Dejando
afuera los artículos periodísticos escritos en distintos medios en EEUU y
Europa y que por lo tanto no componía una unidad visible, se puede ver que el
corpus de libros marxista era exiguo en
comparación con lo que hoy tenemos acceso. Antes de 1848 fueron publicadas: La
situación de la clase obrera en Inglaterra (E) La sagrada familia (M-E), La
pobreza de la Filosofía (M), El manifiesto comunista (M-E). Después del 48: La
lucha de clase en Francia (M), El dieciocho brumario de Luis Bonaparte (M). La
guerra campesina alemana (E), Revolución y contrarrevolución en Alemania (M),
Crítica de la economía política (M), El capital tomo 1(M), La guerra civil en
Francia (M). Luego de la muerte de Marx, Engels se encargo de publicar El capital tomos 2 y 3(M), La crítica del
programa de Gotha(M-E) y en forma personal elaboró el Antiduhring, El origen de
la Familia, la propiedad privada y el Estado, Ludwing Feuerbach.
Obras
consideradas esenciales para comprender el marxismo recién vieron la luz en el
siglo XX: Dialéctica de la naturaleza (E) en 1925, Manuscritos
políticos-económicos (M) y La ideología alemana (M-E) en 1932, Los Grundisse
(M) en 1939 (Para un análisis detallado de la difusión del marxismo ver el
libro de Hobsbawn (2011)).
Después
de la segunda guerra mundial se dio una interesante discusión sobre trabajos
que no se habían publicado en vida de Marx y que lo mostraban todavía imbuido del lenguaje hegeliano (los
escritos de 1842- 44, en particular sus Manuscritos políticos-económicos). El
espacio no da para hacer una valoración de estas importantes obras, pero es
necesario hacer una puntualización, Marx era muy celoso de los textos a
entregar a la imprenta (basta saber que el mismo corrigió la versión francesa
del El capital o que tiro “a la crítica de los roedores” La ideología alemana)
por lo que sus borradores hay que verlo como lo que son: textos en estado de
desarrollo.
Hacer
un corte de sus obras entre un joven Marx (hegeliano) y un Marx maduro (para
Althusser se produce un corte epistemológico) puede servir analíticamente pero
oculta el proceso de creación. La teoría marxista (y no solo ella) no surge de
un día para otro en la cabeza de sus fundadores, es un desarrollo en donde la
creación teórica se contrapone con la realidad. El proceso de elaboración, sus
aproximaciones (conceptuales y terminológicas), las reflexiones, las
depuraciones son inseparables del conjunto. Pensemos en el concepto de Estado
que se va complejizado o el del tránsito del capitalismo al socialismo que con
la experiencia de Comuna de Paris incorpora la categoría de la dictadura del
proletariado.
Entre
los borradores son de especial interés los textos reunidos en los Grundisse
(que son los estudios previos a la elaboración del Capital) porque nadie ponen
en duda que el Marx que los escribe ya ha desarrollado un lenguaje propio.
Elaborado como apuntes su redacción es compleja y en algunos casos ambiguos
para el lector. No obstante el esfuerzo que involucra su lectura es
recompensado porque se ve el desarrollo de algunas ideas que trasciende la época,
los esbozos de una posible sociedad nueva o se prevén evoluciones del
capitalismo que recién se concretaran un siglo después. Estas posibilidades no
aparecen en los textos publicados, seguramente porque no respondían a los
criterios de comprobación y lógica interna que Marx exigía para sus trabajos.
Apuntes para un
acercamiento
En
el siglo XX se pudo apreciar, en las
organizaciones sociales, los partidos políticos o en el ámbito académico, que
algunas difusiones del marxismo no respondía a los postulados teóricos de sus
fundadores. Hobsbawn(1983) enumera un conjunto de conceptos de lo que llama
“marxismo vulgar” y que son
representativos de esta transmisión deformada del marxismo. Sus características
son 1-la creencia en que el factor económico es el fundamental (pese a la
expresa mención de “determinación en última instancia”) 2- La división de la
sociedad en un modelo de “base y superestructura” en una relación de dominio y
dependencia (eliminando la contradicción y mutua influencia[i]),
3- mediada a lo sumo por los “intereses y la lucha de clases” 4. "Las leyes históricas y la
inevitabilidad histórica”, en donde lo que se suceden en forma mecánica las
formaciones económicas (Comunismo
primitivo-esclavismo-feudalismo-capitalismo-socialismo-comunismo, siendo el
proceso ineluctable e irreversible).
Salir de esta visión
esquematizada del marxismo hace necesario un estudio sistematizado, para lo que
sería recomendable tomar en cuenta
algunas de estas sugerencias.
La
primera recomendación es leer a los autores directamente en su obra, lo que se
puede realizar a través de una visualización
cronológica o temática. Una lectura cronológica serviría para ver los
ajustes que los propios autores realizan pero la agrupación temática ayuda a
ver los problemas resueltos en cada caso. Independientemente del abordaje no se
debe olvidar que la obra está realizada en un contexto determinado y que
algunos momentos su intención es polemizar con otros o consigo mismos (por
ejemplo en el caso de los borradores).
Segundo,
existe un número importante de manuales, serios y respetuosos, que permite una
visión global de la obra de Marx, cualquiera es recomendable si se asume que es
el comienzo y no el final de la lectura. Toda obra de síntesis es la
interpretación de un autor que selecciona, valoriza y expone lo que considera
importante (así existirá un Marx estructuralista o un Marx humanista).
Tercero,
asumir que el marxismo es una guía para la acción y no un recetario de
soluciones a todos los problemas. A veces se realiza un análisis escolástico
(que implica tratar a los textos como inmodificable, perfectos,
“cuasi.-sagrados”) al realizar citas sacadas de contexto. La práctica de la
cita de autoridad sirve para terminar una discusión o iniciar un comentario
pero no desarrolla el marxismo.
Cuarto,
Marx y Engels no realizaron un desarrollo sistemático de su teoría (salvo
parcialmente en el Antiduhring y no hay que olvidar que este es un texto en
polémica) y hay espacios vacios o poco desarrollados (en la ética o la estética
por ejemplo).
Quinto,
el instrumental lingüístico que utilizaron para desarrollar sus conceptos y
términos fue el del siglo XIX. Se nota como intentaron realizar ajustes,
terminológicos para explicar mejor la realidad, en las distintas ediciones de
sus obras. A modo de ejemplo en sus
primeros escritos económicos planteaban que el proletario vende su ”trabajo”,
para posteriormente precisar que lo que hace es vender “su fuerza de trabajo”,
es decir una potencialidad.
Sexto,
la información sobre la ciencia y la historia en muchos caso esta perimida por
avances posteriores de las mismas. Lo importante es aprender el método de
análisis, en ver como abordan la realidad desde su marco teórico.
Por
último la lectura del marxismo es activa, desde una práctica histórica concreta
de transformación y de compromiso con los oprimidos. Hacerlo como una lectura
erudita, contemplativa o de estudio
formal reduce y reseca al marxismo.
Artículo publicado en El
popular. semanario, Montevideo, 10 de mayo de 2013, N° 224, 3°época
Bibliografía citada
ALTHUSSER, Louis (1967), La revolución teórica de Marx,
México, Siglo XXI
BORON, Atilio (2010)“Por el (necesario)
regreso al marxismo”, PLED- Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini,
Buenos Aires
ENGELS, Federico (1883), Discurso ante la tumba de Marx
HOBSBAWN, Eric (1983), Marxismo e historia social,
México, Universidad de puebla
HOBSBAWN, Eric (2011), Como cambiar al mundo. Marx y el
marxismo 1840-2011, Buenos Aires, Crítica
LAFARGUE,
Paul (1985), Por qué cree en dios la burguesía, Buenos Aires, Leviatán
[i] “(…)Marx de ninguna manera decía que el
complejísimo universo de la superestructura era un simple reflejo de las
condiciones materiales de existencia de una sociedad. Por eso prosigue, en la
cita que estamos analizando, diciendo que “el conjunto de estas relaciones de
producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la
que se eleva un edificio (Uberbau) jurídico y político y a la que corresponden
determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida
material determina (“bedingen” en alemán. AAB) el proceso de la vida
social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que
determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su
conciencia.”
(…)Veamos
un poco: este pasaje de Marx fue tomado de una traducción al español de un
texto originalmente escrito en alemán y a partir del cual se “certificaría”
científicamente el carácter determinista del marxismo con las pruebas que ofrece
un verbo - bedingen - torpemente traducido, por razones
varias y acercade las cuales es preferible no abundar, como “determinar”. Sin
embargo, de acuerdo al Diccionario Langenscheidts Alemán-Español los verbos bedingen y bestimmen tienen significados muy diferentes. Mientras que traduce
al primero como “condicionar” (admitiendo también otras acepciones como
“requerir”, “presuponer”, “implicar”, etc.), el verbo bestimmen es traducido como “determinar”,
“decidir”, o “disponer”. En el famoso pasaje del “Prólogo” Marx utilizó el
primer vocablo, bedingen, y no el segundo, pese a lo cual la
crítica tradicional al supuesto “reduccionismo economicista” de Marx ha
insistido en subrayar la afinidad del pensamiento teórico de Marx con una
palabra, “determinar,” que éste prefirió omitir utilizando “condicionar” en su
lugar. Habida cuenta de la maestría con que Marx se expresaba y escribía en su
lengua materna y del cuidado que ponía en el manejo de sus términos, la
sustitución de un vocablo por el otro difícilmente podría ser considerada como
una inocente travesura del traductor o como un desinteresado desliz de los
críticos de su teoría.”BORON
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